domingo, 1 de junio de 2014

Akeber

Akeber


Hoy finaliza la que probablemente haya sido la edición más intensa, dura y entretenida de la historia de "El conquistador del fin del mundo". Un experimento que siempre me ha provocado cierto reparo puesto que, supongo que de manera errónea, tendía a juzgar a un grupo de vascos a los que parecía importarles más el escalar una montaña jumareando que vivir una experiencia llena de estrategia, mala hostia y adrenalina pura. Y en el fondo no iba tan desencaminado, ya que en anteriores ediciones, a la que alguien se atrevía a cortar la fina línea de lo cordial y empezaba a jugar sus cartas utilizando a sus compañeros como meros títeres a los que ir moviendo de un lado al otro para beneficio propio, un poco más y era etiquetado como el diablo en persona. Y siempre me ha tocado los huevos que la gente (y en concreto los participantes del Conquis) se tomen tan en serio un juego que precisamente fue creado para divertirse y, como decían aquellos guerreros antaño, para dejarse la piel en el camino, a pesar de llegar al final lleno de magulladuras y con el orgullo por los suelos. Porque al final del día, ni nadie habrá muerto, ni nadie habrá perdido un brazo y ni siquiera nadie acabará internado en un centro psiquiátrico. Todos cogerán sus mochilas, serán trasladados a un hotel para tomar una ducha y meter algo de grasa en esos cuerpos que parecen sacados de un reboot de "Pesadilla antes de Navidad" y serán entregados de vuelta a casa sanos y salvos, para así poder programar de nuevo su despertador a las 07:00h de la mañana del día siguiente, como aviso de que les toca ir a levantar el país de nuevo. 

Pero como algún capullo dijo para colgarse alguna medallita en su momento: "de los errores se aprende". Y como no, volvía a equivocarse. Y es que parece mentira que tras diez ediciones de un mismo formato, aún quepa la posibilidad de que alguien que viene a jugar a esto sin más pretensiones que las de vivir la experiencia de su vida, sintiendo por cada poro de su piel la que probablemente sea la aventura más difícil que le haya tocado presenciar (y aún así, entregándole de vuelta todo aquello que pueda ofrecerle), AÚN ASÍ, sea insultada, humillada, repudiada e ignorada por la gran mayoría de gente con la que tuvo que compartir esta odisea. Y eso me enfurece hasta la tráquea. Y es por eso por lo que, a pesar de que por mis palabras podría parecer que no he disfrutado con este experimento tan "vasco", la realidad es todo lo contrario. Porque cuando creía que ya no podría aparecer nadie que me conquistara desde los primeros segundos en pisar esa selva amazónica (y más con nueve ediciones a sus espaldas, cargadas de personajes memorables y carismáticos a cascoporro), asomó por allí la cabeza una chica de pelo castaño largo, con una sonrisa que quitaba el hipo y con una vitalidad que parecía desplomar a la de aquellos que la rodeaban. 


Esto es para ti. Y no solo de mi parte, sino de parte de todos aquellos a los que nos hubiera encantado irrumpir de manera divina en medio de un programa que parecía estar más interesado en contentar al pitufo de Juanito poniéndole una silla cómoda en el debate (no sea que el gnomo de los huevos se les enfade y no se presente como capitán en la siguiente edición...) que de proteger a alguien a quién se acribilló cuando parecía tener todas las defensas por el suelo. Pensarlo me irrita, y me es difícil entender como alguien que les ha dado tanto y tanto a un programa que no hubiera levantado cabeza de no tenerte entre sus filas, pueda olvidarse tan rápido de la que ha sido, indiscutiblemente, la estrella que más brillaba en esta edición. Y es por eso que muchos hemos tenido que intervenir en una guerra formada por dos bandos descompensados, teniendo que posicionarnos en el lado que creemos justo, y peleando junto a ti con uñas y dientes por defender algo en lo que creemos que no se está siendo lo suficientemente agradecido (y hablo, claro está, de ese programa de la EiTB que tendría que ponerte una estatua en medio del Times Square como gratitud). 

Puede que no te lleves sus agradecimientos, pero los nuestros siempre los tendrás. Y no me pondré a listar la cantidad de razones por las que agradecerte tu amabilidad porque probablemente me quedaría corto, pero si te diré que jamás podré recompensar lo suficiente tu generosidad. Por responderme cuando no tendrías ni porque haberlo hecho, y por darme tanto a cambio sin que yo fuera consciente de lo pesado que podía llegar a ser cada domingo por la noche. Por eso, cada vez que se encendía el icono del sobre cerrado, volvía a entender porque tan pocos te han entendido durante todos estos meses, mientras que afortunados como yo si hemos sido capaces de percibir tu grandeza, esa que llega en pequeñas dosis y que casi ni se hace notar, a pesar de ser el regalo más cálido que uno podría llegar a recibir. 


Debo admitir que desde que, trágicamente, tuviste que abandonar el programa por una maldita lesión, me es difícil sintonizar la ETB los domingos por la noche, y no solo porque tenga que seguir el programa desde Barcelona con un stream que se puede ir parando cada tres segundos, sino porque el show se siente vacío y sin alma. La chispa se perdió con aquel trineo que te acercó hasta el hotel más próximo en Patagonia. Pero aún así, tengo una esperanza que se antoja pequeña, pero la tengo. Y esa esperanza se llama San. Porque sé que si ella gana, es como si tú lo hubieras hecho. Y porque sé que te enorgullece que alguien por la que nadie daba un duro al empezar, siga plantada en esa final contra todo pronóstico. Porque San es tu otro yo, esa rebeldía que no se conforma con lo fácil, ese gamberrismo que va contra lo establecido y esa chispa que aunque parezca apagada, sigue más encendida que nunca.

Así que esta noche, rezaré todo lo que sepa porque vuelva a imponerse la bondad frente al falserío impostado, y porque una vez más, se rompan todos los esquemas previstos, y todo capullo que quiso infravalorarte con argumentos absurdos, tenga que toparse de bruces con la realidad y no le quede otra que mantenerse callado mientras observa como el premio se lo ha llevado la persona correcta. Por ti, por todos estos meses "calentitos", esta es la noche perfecta que puede servir como colofón final al que sin duda ha sido la edición más perfecta del Conquis, gracias a la mejor concursante de la historia: tú. Puede que no conquistaras el fin del mundo, pero a mi ya hace tiempo que me tienes metido en el bolsillo. ¿Será que, como dice el gran sabio Juanito Oiarzábal, también me habrás manipulado como a todos? Porque de ser así, ojalá me manipularan igual de bonito siempre.

¡GO SAN! ¡GO, GO, GO!

"A girl can do what she wants to do, and that's what I'm gonna do"



sábado, 7 de septiembre de 2013

La chica de la sonrisa de oro

La chica de la sonrisa de oro


Hoy es un día importante para ti. Yo los deje atrás hace un par de semanas, cuando inevitablemente tuve que cumplir los 22 (ese puto par de patitos que detesto) y por consiguiente, hacerme un poco más viejo. Pero entonces recordé que veintidós no son nada (y veintiuno mucho menos), que nos queda toda la vida por delante, y que justo ahora es cuando toca empezar a disfrutarla. 

Normalmente te dejaría un "¡Felicidades! ¡Pásalo en grande, es tu día!", pero no estaría siendo justo contigo, te mereces eso y mucho más. Me perdonarás que mi regalo sea solo este escrito que sabe a tan poco, pero me pillas en tierras lejanas y con un WiFi que va a tiros (es lo mínimo que podría hacer), pero te lo escribo con toda la sinceridad y cariño que te tengo (que es mucho, y lo sabes). Por hacerme tan feliz en este 2013 a cambio de nada. Porque hace tiempo que dejé de ser un simple fan tuyo para convertirme en un amigo de verdad, concretamente, desde aquel siete de Febrero, en el que por fin me plantaba frente a "mi pelirroja, mi Emily". Desde entonces, no has hecho más que darme la razón: eres un encanto de persona, y te adoro. Ya sabes que cuando bajes por Barcelona, si te apetece tomar algo para ponernos al día, solo tienes que darme un toque. Mi casa es tu casa. 

Podría tirar por la ruta fácil y dejarte un simple mensaje en Twitter felicitando esos 21, pero esa no es mi forma de hacer las cosas, y menos con la gente a la que tanto aprecio. Por eso, de cara a este año que viene por delante, solo me queda desear que la felicidad te acompañe durante los 365 días que tiene, que todo te vaya de maravilla (tanto en el terreno profesional como personal) y que jamás pierdas esa sonrisa de oro. Porque precisamente con ella, es como caí rendido a tus pies. Ah, y no dejes JAMÁS que nadie te quite ese sentido del humor que tan especial te hace.

Puede que este haya sido tu año, pero no te quepa la menor duda, lo mejor está aún por llegar. Y aunque yo esté a kilómetros de distancia, en el fondo, siempre estaré ahí, a través de los ojos de ese Tony Montana que te vigila desde dentro de un dólar, deseándote la mayor de las suertes en todas y cada una de las cosas que decidas hacer de aquí en adelante. Porque no solo llegarás a lo más alto si te lo propones (algo de lo que yo ya estoy al 100% seguro), sino que encima lo harás sin divismos, sin impostaciones y sin ejercicios de autoengaño. Porque siempre has sido esa pelirroja dulce, entrañable y cariñosa, capaz de derretir hasta el corazón con la coraza más dura del planeta. Igual que tú seguirás por aquí, a través de ese regalo (que fue uno de los que más ilusión me ha hecho en toda la vida) que me diste en forma de prenda de vestir de leopardo, y que a día de hoy, sigo guardando en lo más hondo de una caja fuerte (que viene a ser mi cajón, no nos imaginemos una caja blindada, jajaja), no sea que alguien me lo quitara y se lo quedara para él/ella, dejándome totalmente vacío.

Ya me voy a ir callando (que sé que esto es un coñazo y tienes ganas de ir acabándolo ya), pero creía importante dedicarle una pequeña parte de mi blog a alguien tan inmensamente importante para mi como lo eres tú. Sé que la gente se preguntará quien eres y mucho menos les importará si lo digo, pero mientras para mi este pequeño escrito tenga importancia, ya se pueden ir aguantando con la puta boca cerrada. 

Te adoro, te admiro y te echo de menos. Pero mientras tú estés bien, yo también lo estaré, nos separen los kilómetros que nos separen. Porque no habrá nadie que te admire más de lo que yo lo hago. Ah, por cierto, muchísimas felicidades, Laurita.

De parte de tu querido Cook particular, 

Fairplay.


lunes, 19 de agosto de 2013

El último vistazo

El último vistazo


Normalmente (por no decir en el 100% de los casos) cometemos un error que difícilmente luego podemos subsanar, y es el de poder decir adiós a aquellas personas, historias o momentos que ya jamás podremos volver a vivir o presenciar. Y es que tenemos el empeño en pasar por encima de las cosas, sin pararnos un segundo a disfrutar de aquellos pequeños detalles que son los que realmente nos hacen felices. Y una vez los perdemos, intentamos recuperarlos (sin éxito alguno) por todos los medios posibles, para finalmente darnos cuenta de que, una vez los hemos dejado marchar, probablemente jamás vuelvan a nuestro lado (y si lo hacen, no serán de la misma manera, eso podéis darlo por sentado). 

¿Porque me viene a la mente todo esto? Porque echaba en falta momentos como el que relatan la secuencia de gifs que acompañan a esta entrada. Es uno de esos pequeños detalles que comentaba antes, que son capaces de arrancarte una pequeña sonrisa, una mueca de tristeza, o bien un gesto de sorpresa. Uno de esos momentos que paran el tiempo, que congelan los segundos y que te permiten gozar de todo aquello que te rodea, sin que el resto de gente te toque los cojones por doquier durante las 24 horas del día. Lo sé de buena tinta, porque me he pasado las dos últimas semanas y media (como os echaba de menos, mis pequeños matojeros de los huevos) de montaña en montaña, de prado en prado, disfrutando de la belleza que se envuelve ante mí, sin ruidos, sin molestias. Pudiendo respirar aire fresco mientras se enciende una hoguera y alguien se arranca a cantar sensiblerías con una guitarra (y no, no comemos palitos de nube, estoy de ese mito de mierda hasta los santísimos cojones) y los ojos empiezan a entrecerrarse. Y a la media hora, te levantas con una sonrisa de oreja a oreja (que te hace parecer el retrasado más feliz del planeta) para meterte en una tienda de campaña y destrozarte la espalda un poquito más (recordemos que el dolor es pasajero, la gloria es para siempre). Y entonces, te despiertas de esa especie de sueño en el que te has encontrado sumido durante tanto tiempo, para darte cuenta de que vuelves a estar en casa, rodeado de un ruido espantoso, de unas calles pobladas de gente y de una rutina que no hace más que irritarte un pelín más de lo que ya estabas antes de partir. Es entonces cuando echas en falta esos detalles que no paro de mencionar. 


Y es que al volver, he tenido que ponerme al día con Big Brother, algo que me apetecía, pero que al mismo tiempo, me provoca cierto miedo. ¿Porqué? Porque creo que parto con una desventaja terrible, y me da la impresión de que perderse tres semanas de esto, significa perder por completo el orden de las piezas en el tablero, y partir con la información desde cero, sintiéndote inútil a la hora de poder redactar algo con pies y cabeza. Por eso no quiero aventurarme a relatar nada de lo que haya podido ocurrir durante las últimas semanas, más que aquello que han mostrado (y que no siempre suele ser cierto, pese a que este año no es el caso) en las galas semanales. Y eso que han estado al rojo vivo. Sin ir más lejos, el blindside del paleto sureño de Judd, me parece uno de los episodios más memorables y bien montados en la historia del show (ahora es cuando viene alguien a decirme que los eventos que se mostraron no fueron realmente como se vieron, pero yo de eso no tengo ni puta idea, ya lo he dicho). O la negrita Candyland explotando en sus últimos días de juego (retiro lo de últimos, que puede que el jueves vuelva a entrar en esa casa, y que queréis que os diga, sería el regalo de cumpleaños perfecto para GinaMarie (que los cumple este jueves), o si más no, sería la risón). 

Pero sin duda, si cabe destacar algo de estas últimas semanas, ese algo tiene nombre (en concreto, dos palabras): Jessie Kowalski. Esta chiquilla que inicialmente pasó desapercibida durante las primeros días de juego, ha conseguido conquistarme por completo el corazón en tan solo cinco episodios. Tampoco debería soprenderos el que cambie constantemente de favorito/a, si en el fondo soy un puto bipolar de mierda, jajajaja. Pero es que tengo que ser sincero con vosotros: no solo me gusta como ha intentado ir a por la reina de corazones a pecho descubierto (sin nada que perder, puesto que en el fondo siempre la han usado como han querido), sino que me parece que es la tía que está más buena con diferencia de toda la casa. Y lo digo muy en serio. Creo que tiene unas tetas perfectas (ni muy pequeñas, ni muy grandes, perfect size, ya me entendéis), un culo de ensueño (que hasta podría llegar a rivalizar algún día con el de la guarra de Alexis Texas) y una cara que (cuando se arregla) es muuuuuuuy dulce e interesante.


Y es que son gente como Jessie aquellos que realmente me conquistan en los realitys. Aquellos que luchan con uñas y dientes por mantenerse agarrados a un hierro ardiente hasta que las llagas de las manos no les permiten aguantarse más, y caen al vacío, uniéndose a esa lista de perdedores que han caído mucho antes que ellos, pero que al fin y al cabo, son del mismo grupo de gente que no ha podido (o no ha sabido) ganar la partida. Son aquellos que a primera vista pueden parecer insignificantes, pero que en cuanto te despistes, se habrán vuelto a colocar en la cima de todo, y ya será tarde para intentar desbancarlos de nuevo. No es el caso de Jessie, pero ha estado cerca de conseguirlo, y por ello, se ha ganado todo mi respeto y admiración. El jueves rezaré todo lo que sepa, para que sea esta chiquilla de culo grande y tetas perfectas, la que reentre a la casa para intentar llevar a cabo su vendetta personal, no os quepa la menor duda. Eso siempre que gane el HoH o el POV, claro, sino se irá el jueves que viene, tal y como ha entrado. 

Pero Jessie no solo me ha ganado por intentar volver a poner patas arriba este juego loco, sino porque me parece la única que ha sabido apreciar aquellos detalles que comentaba al principio de este tostón, y que le han sido brindados durante este verano. El último de ellos, el que acompaña a este texto en forma de gifs. Os pongo en situación: Jessie ya sabía que se iba a casa dos días antes de la gala de expulsión, así que decidió que, ya que no podía ganar el juego, intentaría pasárselo en grande durante sus últimos días, importándole tres cojones lo que se opinara de ella. Y así ha sido: durante sus últimas 48 horas se dedicó a destapar todas las alianzas, a meterse con todo aquel a quien creyera oportuno atacar, riéndose a carcajada limpia de cualquier chorrada que ocurriera a su alrededor (como la pelea de GM contra Aaryn)  y disfrutando a pleno pulmón de los malditos detalles que no dejan de perseguirnos mientras intento cerrar esto. 


Como ese último, en el que el Super les anuncia que deben encerrarse en la casa puesto que toca gala y deben empezar a vestirse (y les necesitan fuera de allí para montar el decorado del siguiente HoH, claro). Jessie, que estaba fumándose el último cigarrillo de su paquete, se levanta, observa el jardín, y le lanza un pequeño beso al aire. Se dirige hacia la puerta, se gira de nuevo, y vuelve a observar ese pequeño patio durante unos largos segundos con cara de pena, para finalmente cerrar la puerta corrediza sabiendo que al hacerlo, sella su destino (¿final?) en este juego. Detalles que enternecen, y que te hacen valorar realmente que concursantes valen la pena y cuales no. Es una lástima no haber podido descubrir a esta niña antes, porque de haberlo hecho, se hubieran ido a la mierda las Aaryns, GM's, Amandas y Helens de turno, me hubiera dedicado plenamente a defenderla a MUEEEEEEEEEEELTE (como decía el subnormal aquel de la gorra en GH12), convirtiéndome en uno más de esos talifans a los que tanto detesto y que hacen que cada puto año tenga que apagar la tele de la mala hostia que me provocan. Pero con ella hubiera sido justificado. 

Me gusta la gente que agradece aquello que se le ha brindado, y que, pese a todas las piedras que haya podido encontrarse por el camino (y os aseguro que Jessie se ha topado, no con piedras, sino con pedruscos), a la hora de despedirse, sigue con una sonrisa en la cara, lágrimas en los ojos y palabras de agradecimiento para todos aquellos que minutos antes le están clavando el puñal por la espalda. Porque está demostrado que en Big Brother no puedes ser buena persona y acabar ganando el juego (bueno, BB11 quizás sea la excepción). Y porque al final del día, sea quien más amigos se lleve de todo esto (que eso poca importancia tiene, pero que no deja de ser una señal de quien valora lo que tiene y quien no). Al contrario que la asiática, mujer fría, sin escrúpulos, utilizando palabras aduladoras para luego rajarte el cuello sin miramientos. Es justo lo opuesto a este pequeñaja de culo grande y tetas perfectas. Es la diferencia que marca el bien del mal. 

Pequeños detalles, que diría yo.

"Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Esto dicen, no lo digo yo, pero lo he oído. Por supuesto siempre espero que maticen: ¿Está enterrado? ¿Está perdido? ¿Debo ir a buscarlo con un loro y una espada? ¿Una X dibujada en un mapa le señala? ¡Para nada! No caen amigos del cielo. No se extraen del suelo con una pala como en "Amanece que no es poco". Un amigo no se abona y crece así tampoco. Se refieren a su valía.

Roberto Carlos, el que un millón de amigos quería. ¿Para que quieres eso tú? ¿Para echarlos a perder? ¿Tienes ya una página en Feisbuk para conseguirlos? Porque no se hacen amigos a diario, no salen de un sobre sorpresa al abrirlo, ni se conserva el derecho a serlo como un título nobiliario. Y una vez los tengas, cuídalos. Como cuidas a la planta que más te apetece cuidar, estoy hablando, claro está, de esa planta en la que piensas cuando piensas en fumar. Ya que sin cuidado, pierde ese brillo de la amistad en los ojos. No hay nada más triste.

Y también dicen por ahí que se cuentan con los dedos de una mano. Y digo yo, que con una mano, puedes contar si quieres todas las estrellas del firmamento. Simplemente, levanta el dedo, y dedícale un momento.

Pues se considera amigo aquel a quien podrías llamar a las tres de la mañana por un asunto de vida o muerte, conste en acta, y se aconseja no hacerlo nunca, para seguir teniendo la suerte de mantener su amistad intacta. Como sea: por afinidad, por solidaridad o por soledad. Por tener cerca las casas, por tener gafas, por tener vistas las mismas películas sentados en las mismas sillas y soñar los mismos sueños, por haberse sollado las rodillas con las mismas aristas en los mismos parques de pequeños, por haber salido arrastrándose de un mismo lodo, por absolutamente nada y absolutamente todo... dicen... que quien tiene un amigo, tiene un tesoro."

viernes, 2 de agosto de 2013

La barbacoa de nuestros sueños.

La barbacoa de nuestros sueños


Aún estoy a la espera de que esta temporada pueda decepcionarme, porque hasta el momento, creo que es una de las reality seasons más sólidas que he visto en toda mi vida (y eso que he visto muchísimas, creédme). Hoy no tengo tiempo para hablar de la gala de ayer, y mucho menos de dejaros un escrito que supere los dos párrafos. Voy apurado, mañana me voy, y no vuelvo hasta el día 12 (día en el que cumpliré 22 años, y me sentiré un poco más viejo aún de lo que me siento ahora), hecho que me molesta muchísimo, puesto que me perderé la que se presenta como la semana más interesante de todas las que llevamos hasta la fecha (aunque bien es cierto que necesito un descanso internetil, y por consecuencia, bigbrotheril, que ver este show es magnífico, pero a la vez agotador). Y es que si cada semana los hámsters nos brindan peleas por doquier, sin darnos un solo día de respiro, ayer noche se podría denominar como la noche de "LA PELEA". Quizás la más fuerte hasta el momento. Y es que no me cansaré de repetir, que si por mi fuera, sacaría a patadas de la casa a todos los hombres que quedan en ella, y dejaría a las siete féminas durante 4 meses (más) encerradas. Porque son ellas las que hasta el momento se han dejado las entrañas en la función, para que un grupo de yonkis como nosotros, pueda saciar sus ansias de entretenimiento. Y encima sin pedirnos nada a cambio.

Así que durante estos diez días de retiro, rezaré por mi Aaryn (con mi princesa del ghetto no me hace ni falta, que ayer noche ganó el HoH, la muy diosa) y porque los planes de la Grodner vuelvan a fracasar por tercera vez (si es que la gorda no puede quitarse de encima a la tejana, y eso le debe provocar urticaria como mínimo). Y es que, viendo la pelea de ayer noche (la cual os dejo en el vídeo de abajo), cada vez temo menos por mi pequeña racista, porque cada vez que Amanda abre esa bocota zafia, se cava más su propia tumba (siempre que los MUPPETS de Helen y Andy no ganen un HoH), alejando cada vez más la diana de esa rubita con cara de angelito (y alma de demonio). Y es que si Aaryn sobrevive a la expulsión del jueves, tendrá que currárselo durante la siguiente hora, porque no será una la persona que abandone, sino dos. Y las dos se quedarán a las puertas del jury (que empieza en la F9). Y no habrá nada que me ponga de más mala hostia, que la protagonista absoluta de toda esta historia, no tenga ni siquiera el derecho a emitir su voto en la final. Save the racist bitch, save the world.


Nos vemos el día 12. Como diría mi padre: sed malos.

jueves, 1 de agosto de 2013

El último adiós

El último adiós


Fue bonito ver como todos se reunían por última vez para darte un último adiós. Y cuando digo todos, es todos. Tu familia, tus amigos, tus rivales... por un puto día, dejaron sus diferencias aparte y se reunieron para despedirte como te mereces. Y es que no todos los días perdemos al capo más carismático que nos haya podido dar la tierra. Fíjate, desde aquí puedo verles a todos. 


Tu psiquiatra, esa mujer a la que tanto nos ocultabas por miedo a las consecuencias, es la primera en llegar. Se la ve destrozada. Supongo que sabe que de ahora en adelante tendrá que enfrentarse a una horda de pacientes aburridos, con historias vacías y relaciones absurdas, haciendo que pase las ocho horas del día en las que trabaja, deseando acabar para poder irse a casa, con la esperanza de que algún día, de repente, vuelvas a aparecer en su sala de espera, observando el cuadro "con trampa" que tiene allí colgado.

Mira, allí está la rata, no podía faltar. Se le ve apartado, hacia un lado. Normal, sabe que si Paulie o Silvio le ven, le destrozarán las piernas. Pero la verdad es que es todo un detallazo que haya venido a verte, porque al fin y al cabo, no dejó de ser un buen amigo lleno de remordimientos al que le hizo mucho daño el venderte al FBI. Y es que que bien le escogiste el mote, cabronazo, le viene que ni al pelo: Big Pussy (podríamos traducirlo como gran coño, pero también como gran nenaza).

¡Hostia, tu primo! Joder, que de vueltas da la vida. El jodido Buscemi, que puta leyenda, siempre lo ha sido. Desde cuando planeaba un asesinato en las tierras nevadas de Minnesota, o cuando jugaba a los bolos con Walter y el Nota, o incluso cuando vestía de traje y se hacía llamar por un color (encima era el rosa, que mal gusto, joder). Pero sobretodo por ser el primo que quiso cambiar de vida, y sin embargo, se vio embarcado en una serie de eventos que le llevaron a recibir un tiro proveniente de tu escopeta. 

Ahí está tu hija. Joder, como ha crecido la chiquilla... está hasta buena, no te lo voy a negar. Pero tranquilo, no pienso ponerle la mano encima, sé que era la niña de tus ojos, tú ángel de la guarda, la única persona que parecía entenderte cuando llegabas a casa, y probablemente la persona a la que más amaras en toda tu vida. Solo ella podía presentarse aquí de manera tan elegante.

Por allí asoma Carmela, tu Carmela. Que mal lo pasaste cuando tuvo que echarte de casa... ¡pero a quien se le ocurre acostarse con una prostituta rusa y tarada! Fueron días difíciles, pero gracias a ello, la reconciliación en aquella piscina a altas horas de la madrugada, fue mucho más bonita. El polvo que volvió a poner las cosas en su sitio. Y es que me juego las pelotas a que no hay nadie que te correspondiera más que ella (y viceversa), por mucho que pudiérais enfadaros día sí y día también. 

Por fin le encontré... ahí esta, destrozado, abatido, alicaído. Sí, estoy hablando de tu sobrino Christopher, que difícilmente puede contener las lágrimas. Una clara demostración de lo mucho que te respetaba (probablemente más que nadie). Para él se va un referente, un padre, pero a la vez queda depositado en él todo tu legado. Lo lucirá con orgullo hasta el día de su muerte, y entonces, cuando se reúna contigo, habrá aprendido que en la vida hay que ir con pies de plomo, tal y como siempre le hiciste aprender (o lo intentaste).

Esto está lleno de gente: Juliana Marguilles, esa mujer que tantos quebraderos de cabeza te trajo en tu última etapa. O Ciffaretto, siempre con su estilo personal (este no ha conocido ni conocerá lo que significa ir a un funeral, pero tampoco intentaremos hacerle entrar en razón ahora, ¿no?). Incluso tu hermana Janice ha venido, como para no verla, se está poniendo igual de fondona que tú (¿será un gen familiar?). O el bonachón de Hesh, que siempre quiso poner sentido común en la familia. 

Por fin aparece el último de todos: Corrado. Tío Junior, como te gustaba llamarle. Al fin el muy hijo de perra te ha ganado esta batalla, eh... y eso que le dejaste medio senil en una residencia de New Jersey, sabiendo que ya nunca más volvería a ser aquel que jugaba contigo a béisbol cuando eras un criajo. Todos ellos han venido. 

Este es el último adiós, prometo no dar más el coñazo con tu muerte, pero creía justo señalar como la familia está siempre ahí, hasta el último minuto. Puedes irte en paz. Además, no sé que cojones haces perdiendo el tiempo aquí en vez de estar gestionando el Bada Bing del cielo, que hace unas horas Dios te ha pedido un par de putillas y aún está esperando, con la polla más dura que un tonel, a que le des una jodida sala de una vez por todas.

miércoles, 31 de julio de 2013

Solo Dios perdona

Solo Dios perdona


Creo que debería implantarse por norma general (a pesar de que gran parte del público ni siquiera lo considere como algo realizable para decantarse por una película u otra) el no leer ningún tipo de crítica relacionada con aquel film que te llame la atención, sea por el motivo que sea. Porque entonces es cuando podrás entrar en la sala de cine sin pretensiones, disfrutar de los 95-120-180 minutos que dure el espectáculo y salir alabándolo, o bien, todo lo contrario. Y entonces es cuando tu opinión tendrá fundamento. Y es que tras leer como la crítica MASACRABA una película que con su tráiler me había dejado con la boca por lo suelos (y que partía con una premisa aún más interesante que la de "Drive", película de Winding Refn anterior a esta), todas mis ilusiones se desvanecían. No podía entender como algo con un envoltorio tan suculento y precioso, podía estar tan "vacío" (y hablo en palabra de la crítica) por dentro. Y por ese mismo motivo, me negaba a ponerme con ella hasta ayer noche, cuando por fin decidí romper el miedo de la decepción, y darle al play. Hora y media por delante, unas luces rojas me envolvían desde el primer minuto de metraje. Y ya no hubo salida. 

Para empezar: OGF (Only God Forgives) no es Drive, ni lo parece, ni lo pretende, ni lo intenta. Aquella era una historia de cine noire en su máximo esplendor, y probablemente por ello fuera la película más comercial de Refn hasta la fecha. Esta es todo lo contrario. Quien conozca mínimamente a Nicolas, sabrá de su amor por los silencios en sus films y por su homenaje constante a la ultraviolencia (otro de los motivos por los que esta cinta ha sido tan defenestrada, cosa que no entiendo, Kill Bill o cualquiera de Kitano utilizan un tipo de violencia bastante más explícita, y no por ello son lapidados, sino más bien lo contrario). No esperes a un conductor enamorándose de la Carey Mulligan de turno, porque no lo encontrarás, y mucho menos en una película que bebe tanto del cine asiático (y que por tanto, adquiere sus rarezas y sus virtudes). En esta ocasión, Julian, el personaje principal interpretado de nuevo por ese Ryan Gosling hierático, no siente amor por nadie. Está vacío por dentro, y la única persona que parece encender su llama, es su propia madre, Crystal (interpretada MAGISTRALMENTE por una Kristin Scott Thomas, que bien se merecería la nominación a algún premio gordote, pese a que probablemente la ignoren tanto como a la propia película). 

Y es que mientras en Drive no conocíamos nada del pasado o los motivos que llevaban a "El conductor" a realizar lo que realizaba (ni falta que nos hacía), en esta ocasión, Julian se nos descubre a pecho abierto, mostrándonos todos los miedos e inseguridades de su personaje (y por consiguiente, los motivos por los que actúa como lo hace). En primera instancia, un amor/obsesión desmedido por su madre.  En segunda instancia, una carencia afectiva impresionante, que se refleja y satisface con una escena cercana al final (y que tiene que ver con unas tripas), y por último, y como consecuencia de todo ello, su gran incapacidad de amar a ninguna otra mujer (plasmado en la escena en donde una prostituta le ata las manos a un diván y se masturba sola o en otra en la que se le ve sentado en un sofá, mientras, dedicándose simplemente a observar a la misma prostituta tras una cortina de abalarios rojos (dato que no hace sino remarcar la evidente distancia que separa al protagonista de toda figura femenina) mientras fantasea con que es él quien juguetea con la entrepierna de la susodicha).

El pasado de Julian se nos es introducido hacia el final de la cinta, pero una vez más, desconocemos los motivos que motivaron sus acciones (y de nuevo, vuelven a sernos innecesarios). Pero esos motivos son los que hacen que Julian se traslade de los Estados Unidos a Bangkok, seguido de su hermano Billy, el preferido de mamá. La muerte de Billy (el cual ha sido ejecutado por el padre de una prostituta de 16 años, a la que viola y mata violentamente por un puro y simple ataque de rabia) (y ojo, eso no es un spoiler, cabrones, que lo pone en la sinopsis) provoca el regreso de la figura materna. Esta le pide a Julian que vengue a su hermano matando a aquellos que lo asesinaron, pero Julian es incapaz de hacerlo, es diferente a ellos. Scott Thomas se encarga de recordárnoslo toda la película "Tú eres diferente a los demás". Descubrimos una faceta de Julian totalmente opuesta a lo que aparenta: está lejos de ser un matón, se asemeja más bien a un ratoncillo en estado de shock que no es capaz de encontrar la paz. A partir de ese instante, y a lo largo de todo el metraje, se suceden una serie de muertes (que no se desentienden en detalles escatológicos, y bien que hacen) que llevarán a la batalla final. 

¿Y contra quien es esa batalla? Pues contra el antagonista de Julian (que no quiere decir que sea el villano, ojo): el Policía Chang, que utiliza la justicia de una manera poco ortodoxa. Chang representa una fuerza justiciera que se manifiesta en Julian como la personificación de su conciencia, acechándole continuamente (aparece de repente en su propia habitación, en el gimnasio donde trabaja, y cuando Julian decide perseguirle, desaparece misteriosamente al doblar una esquina). Algo así como el Santo Tribunal inquisitorio, pero con katana en mano (una katana que se saca de vez en cuando de la espalda, pero que es inexistente cuando le vemos de espaldas, otra de esas rarezas japonesas que no nos pondremos ahora a debatir, igual que el amor de Chang por ir al karaoke a cantar). 

A modo de cierre, otra de las cosas interesantes de este film tan poderoso e intenso, es la constante obsesión de Julian por mirarse a los brazos, mientras cierra los puños lentamente. Una acción que cobrará sentido en la escena final de la cinta, la cual no destriparé, solo porque entonces ni Cristo volverá a entrar a este blog (además de recibir insultos a diestro y siniestro, cosa que quiero evitar a toda costa). Y es que la falta de afecto recibida por parte de su madre (vuelvo a recalcar el impecable trabajo de Scott Thomas, metida en un chándal rosa de choni y gastándose una mala hostia que no es normal) hace de este chico atormentado, uno de los personajes más carismáticos, interesantes y enigmáticos que se recuerdan en bastante tiempo. 

Y eso me lleva de nuevo al inicio de este intento de crítica. Y es que vuelvo a contradecirme una vez más (es algo que no puedo evitar), puesto que al empezar, os recomendaba no leer críticas antes de empezar a ver alguna película, pero entonces... ¿quien cojones va a leerse esta mierda? Bueno, me vale con que volváis aquí una vez la hayáis visto. Y si no lo hacéis, leedla ahora, que no os va de tres minutos, cabrones.


lunes, 29 de julio de 2013

On the Road

On the road


Como bien decía en la entrada anterior, al mismo tiempo que yo escribo esto, Kaitlin está pisando la carretera, yendo de bareto en bareto y poniéndose hasta el culo de Bourbon. Aunque por la foto, me da que más que Bourbon, lo que en realidad le gusta a esta es un buen Ruso Blanco (el brick de leche la delata), aquella bebida que no paraba de meterse el Nota (ah, mi puto referente, como te adoro, joder) cuando salía por el desierto de Arizona a entregar maletines a cambio de Tara Reid. Lo que viene a decir, que poco a poco, esta morena despampanante, está recuperándose de la recepción tan dura que ha recibido, y que no significa ni la mitad de la que les espera a las otras dos (esta al menos conservó su trabajo). O quizás, no se está recuperando y simplemente ha decidido mandar a tomar por culo toda opinión que pueda dañarla, demostrando que poco le importa lo que puedan decir cuatro mongolos de ella. Sinceramente, me decanto más por lo segundo.

Y es que Kaitlin es el ejemplo de concursante que al salir, actúa de manera envidiable, sin mantener ningún tipo de cruzada contra sus ex-compañeros, pidiendo perdón por aquellos comentarios que hayan podido dañar a cierta gente, y disfrutando del verano sin amargarse. Aún me falta encontrarle algún defecto a esta chiquilla, por ahora me ha sido imposible (si incluso mientras bebe a morro lo hace con un modelito fantástico, que dan ganas de arrancárselo de cuajo para vertirle la leche por el cuerpo y quitársela a lametazos... dios, perdonadme, es el calor, que altera a cualquiera). Quizás, lo único que da un pelín de grima, es ver los mensajes edulcorados y llenos de azúcar pringoso que se mandan entre ella y Jeremy (están separados por varios kilómetros, y aún no se han visto desde que esta salió de la casa). Un chumi de nivel cinco. Pero por todo lo demás, chapó a la princesa caída.

Pero centrándonos en la casa de BB, ayer presenciábamos las nominaciones de esa maravillosa Aaryn, ejemplo de villana perfecta, sin ningún tipo de escrúpulos y siempre con una sonrisa de niña buena en la cara. Una especie de concursante que en raras (y muy contadas) ocasiones se puede disfrutar, puesto que da todo lo que se puede esperar de alguien como ella: sin tapujos, sin máscaras, hijoputez elevada al máximo nivel. Ya nos gustaría en España poder gozar de alguien como ella en alguno de nuestros realitys (no hay más que comparar el nivel de Big Brother de este año con el de Campamento de Verano... hasta me sonrojo de la vergüenza). Y es que para mí, Aaryn es imprescindible hasta el final de esta función. Me atrevería a decir que, pasados los años, cuando tengamos que ponerle cara a la decimoquinta edición del reality de los ratoncillos, Aaryn será la primera que nos vendrá a la cabeza, y es que, para bien o para mal, ha sido la protagonista indiscutible de toda esta historia. Sé que soñar con que llegue a la F2 es algo muy improbable (y más teniendo en cuenta que esta semana la han usado como han querido para poder tirarla a la siguiente, si es que Candice no se vuelve loca con la expulsión de Howard en esta, entonces su destino podría retrasarse), pero es el goat perfecto, no entiendo como nadie lo ha considerado hasta el momento. CUALQUIER concursante puede ganar al lado de la tejana, y por lo tanto, lo más inteligente es tenerla sentada hombro con hombro a principios de Setiembre (y ya de paso, darnos al público que la amamos, la satisfacción de poder verla hasta el último día del show, horas antes de que se apaguen las luces de la casa, esperando otro año entero para que vuelva a llenarse). 


Y es que es irresistible pensar que a esta niña que no ha roto un plato "en su vida", lo que en realidad le gustaría es que de repente le aparecieran dos electricistas negros en casa, le destrozaran el vestido que su madre le había cosido previamente con dedicación, y mientras sus parientes estuvieran fuera comprándole todo lo que ha pedido para la semana (como buena princesa de la casa que es), dos pollazos negros la destrozaran por ambos agujeros, mientras ella pide más y más, hasta el punto de ir por el quinto squirt de la tarde y tener el ojete bien enrojecido. Pero claro, soñar es gratis. Y mientras yo me monto mis fábulas, ella nomina al negro de la casa (Howard) y por si fuera poco, a la judía (Amanda, aunque esta fue subida por América, todo sea dicho). Pero oye, que lo del racismo no tiene nada que ver, joder, que le sacáis puntilla a todo. Es más, el hecho de que vaya a subir a Candice como tercera nominada tras salvarse Spencer con el POV, no significa QUE AARYN SEA RACISTA. Para nada... joder, que puta diosa es, la virgen, jajajaja.

Y hablando de negros, esta semana la cosa está entre ellos. Howard ya lleva varios días en el punto de mira de todo el mundo (y más en concreto, de Amanda, que ha adoptado una especie de obsesión enfermiza por sacarle fuera de la casa), y Candice, por eso de ser su showmance, ha sido incluida dentro del saco. Si nada se tuerce, el negro abandonará la casa este jueves (rompiendo así todos los planes de la Grodner, que nos lo quería hacer ganador desde la primera semana), pero aún quedan cuatro días enteros, y en ese tiempo, es donde se han fraguado las expulsiones de David, Nick y Kaitlin, ahí lo dejo. Es más, si nos remontamos a la tarde de ayer, Spencer y GM ya empezaban a mover los hilos para intentar que Howard se quedara y expulsar a Candice en su lugar, mientras que esta hacia lo propio para salvarse el culo (y el de su amado) y enviar el de la dictadora de Amanda hacia el mundo exterior. Pero claro, tiene que venir la imbécil de Helen a tirar el plan por los suelos. Y es que la asiática asegura que esta semana no puede ir a por Amanda, porque le debe un favor a McCrae por su primera semana como HoH. ¿Pero esta tipa quien se ha creído que es? Es decir, que como ella no puede ir a por Amanda, ya nadie más puede hacerlo, ella tiene que estar al cargo. Pues O-Ren Ishii de los cojones, ya puedes irte a tomar por el culo, deja a la gente jugar como quiera, no eres la jefa de nadie. 

Soy el primero que lleva diciendo (desde que empecé a escribir sobre el reality en el blog) que quiero a los hombres fuera uno a uno y en fila india (menos a Judd), y por lo tanto debería apoyar la expulsión de Howard esta semana (además de ser un tipo tremendamente aburrido y anodino, sin ningún tipo de gameplay, muestre el edit lo que muestre), pero un blindside a Amanda es demasiado irresistible... El hecho de que le puedan cortar las alas a la persona que ahora mismo está en poder (y a la que prácticamente nadie tose), es algo que no podemos echar a perder. Y vista la tendencia que han adoptado las expulsiones de este año (cuatro backdoors/blindsides seguidos), esta no podría ser menos. Si se va Howard, será la primera vez este año que la expulsión está cantada desde que Aaryn lo sienta en la silla de nominados, pero si lo hace Amanda, ya será la quinta en la que se larga alguien que no estaba en los planes inciales, convirtiendo ya a esta temporada en una de las mejores tres de la historia (si es que no lo es ya) y alzando a algunos de sus concursantes al Hall of Fame de Big Brother.

Pero viendo los últimos acontecimientos de la casa, dudo muchísimo que la judía se largue el jueves. Y ese es un problema, porque Helen y co, habrán vuelto a darle una vez más el poder a McCranda, sin darse cuenta (y mira que es obvio) de que la pareja es quien mueve ahora mismo todos los hilos. ¿Arriesgado para ellos? Sí, pero por el momento les funciona. No solo eso, sino que la estúpida de Helen tiene en mente cargarse a Candice y Elissa en breves, dos aliadas potenciales, para quedarse en una casa sin ninguno de ellos. Quien entienda a esta tipa, que la compre.

Voy a ir cerrando esto ya, que cada día divago más y al fin y al cabo no cuento nada nuevo. Y es que me he dado cuenta de que llevo varias entradas sin hablar de mi gran favorita: GinaMarie. Y eso es algo imperdonable. Pero ocurren dos cosas: la primera, que no me hace falta comentar lo grande que es, porque en cada capítulo vuelve a afianzarse como una de las personas más carismáticas, divertidas y memorables que recuerdo, y segundo, porque realmente Aaryn viene con fuerza a quitarle el puesto (y es que la tejana me gusta cada día más, si es que eso es posible). Que cojones, que las dos rubias compartan el trono, no puedo decidir. 

Y mientras todos estos entresijos se tejen en la casa de Big Brother, Kaitlin sigue de ruta por la carretera de Arizona, en busca del siguiente bar en el que fundirse todo el alcohol que tengan en reserva, a ritmo de los Creedence Clearwater Revival, con un peta en la mano y cantando a grito pelao' aquello de "¡Duh, duh, duh, lookin' out my backdoor!".