sábado, 7 de septiembre de 2013

La chica de la sonrisa de oro

La chica de la sonrisa de oro


Hoy es un día importante para ti. Yo los deje atrás hace un par de semanas, cuando inevitablemente tuve que cumplir los 22 (ese puto par de patitos que detesto) y por consiguiente, hacerme un poco más viejo. Pero entonces recordé que veintidós no son nada (y veintiuno mucho menos), que nos queda toda la vida por delante, y que justo ahora es cuando toca empezar a disfrutarla. 

Normalmente te dejaría un "¡Felicidades! ¡Pásalo en grande, es tu día!", pero no estaría siendo justo contigo, te mereces eso y mucho más. Me perdonarás que mi regalo sea solo este escrito que sabe a tan poco, pero me pillas en tierras lejanas y con un WiFi que va a tiros (es lo mínimo que podría hacer), pero te lo escribo con toda la sinceridad y cariño que te tengo (que es mucho, y lo sabes). Por hacerme tan feliz en este 2013 a cambio de nada. Porque hace tiempo que dejé de ser un simple fan tuyo para convertirme en un amigo de verdad, concretamente, desde aquel siete de Febrero, en el que por fin me plantaba frente a "mi pelirroja, mi Emily". Desde entonces, no has hecho más que darme la razón: eres un encanto de persona, y te adoro. Ya sabes que cuando bajes por Barcelona, si te apetece tomar algo para ponernos al día, solo tienes que darme un toque. Mi casa es tu casa. 

Podría tirar por la ruta fácil y dejarte un simple mensaje en Twitter felicitando esos 21, pero esa no es mi forma de hacer las cosas, y menos con la gente a la que tanto aprecio. Por eso, de cara a este año que viene por delante, solo me queda desear que la felicidad te acompañe durante los 365 días que tiene, que todo te vaya de maravilla (tanto en el terreno profesional como personal) y que jamás pierdas esa sonrisa de oro. Porque precisamente con ella, es como caí rendido a tus pies. Ah, y no dejes JAMÁS que nadie te quite ese sentido del humor que tan especial te hace.

Puede que este haya sido tu año, pero no te quepa la menor duda, lo mejor está aún por llegar. Y aunque yo esté a kilómetros de distancia, en el fondo, siempre estaré ahí, a través de los ojos de ese Tony Montana que te vigila desde dentro de un dólar, deseándote la mayor de las suertes en todas y cada una de las cosas que decidas hacer de aquí en adelante. Porque no solo llegarás a lo más alto si te lo propones (algo de lo que yo ya estoy al 100% seguro), sino que encima lo harás sin divismos, sin impostaciones y sin ejercicios de autoengaño. Porque siempre has sido esa pelirroja dulce, entrañable y cariñosa, capaz de derretir hasta el corazón con la coraza más dura del planeta. Igual que tú seguirás por aquí, a través de ese regalo (que fue uno de los que más ilusión me ha hecho en toda la vida) que me diste en forma de prenda de vestir de leopardo, y que a día de hoy, sigo guardando en lo más hondo de una caja fuerte (que viene a ser mi cajón, no nos imaginemos una caja blindada, jajaja), no sea que alguien me lo quitara y se lo quedara para él/ella, dejándome totalmente vacío.

Ya me voy a ir callando (que sé que esto es un coñazo y tienes ganas de ir acabándolo ya), pero creía importante dedicarle una pequeña parte de mi blog a alguien tan inmensamente importante para mi como lo eres tú. Sé que la gente se preguntará quien eres y mucho menos les importará si lo digo, pero mientras para mi este pequeño escrito tenga importancia, ya se pueden ir aguantando con la puta boca cerrada. 

Te adoro, te admiro y te echo de menos. Pero mientras tú estés bien, yo también lo estaré, nos separen los kilómetros que nos separen. Porque no habrá nadie que te admire más de lo que yo lo hago. Ah, por cierto, muchísimas felicidades, Laurita.

De parte de tu querido Cook particular, 

Fairplay.


lunes, 19 de agosto de 2013

El último vistazo

El último vistazo


Normalmente (por no decir en el 100% de los casos) cometemos un error que difícilmente luego podemos subsanar, y es el de poder decir adiós a aquellas personas, historias o momentos que ya jamás podremos volver a vivir o presenciar. Y es que tenemos el empeño en pasar por encima de las cosas, sin pararnos un segundo a disfrutar de aquellos pequeños detalles que son los que realmente nos hacen felices. Y una vez los perdemos, intentamos recuperarlos (sin éxito alguno) por todos los medios posibles, para finalmente darnos cuenta de que, una vez los hemos dejado marchar, probablemente jamás vuelvan a nuestro lado (y si lo hacen, no serán de la misma manera, eso podéis darlo por sentado). 

¿Porque me viene a la mente todo esto? Porque echaba en falta momentos como el que relatan la secuencia de gifs que acompañan a esta entrada. Es uno de esos pequeños detalles que comentaba antes, que son capaces de arrancarte una pequeña sonrisa, una mueca de tristeza, o bien un gesto de sorpresa. Uno de esos momentos que paran el tiempo, que congelan los segundos y que te permiten gozar de todo aquello que te rodea, sin que el resto de gente te toque los cojones por doquier durante las 24 horas del día. Lo sé de buena tinta, porque me he pasado las dos últimas semanas y media (como os echaba de menos, mis pequeños matojeros de los huevos) de montaña en montaña, de prado en prado, disfrutando de la belleza que se envuelve ante mí, sin ruidos, sin molestias. Pudiendo respirar aire fresco mientras se enciende una hoguera y alguien se arranca a cantar sensiblerías con una guitarra (y no, no comemos palitos de nube, estoy de ese mito de mierda hasta los santísimos cojones) y los ojos empiezan a entrecerrarse. Y a la media hora, te levantas con una sonrisa de oreja a oreja (que te hace parecer el retrasado más feliz del planeta) para meterte en una tienda de campaña y destrozarte la espalda un poquito más (recordemos que el dolor es pasajero, la gloria es para siempre). Y entonces, te despiertas de esa especie de sueño en el que te has encontrado sumido durante tanto tiempo, para darte cuenta de que vuelves a estar en casa, rodeado de un ruido espantoso, de unas calles pobladas de gente y de una rutina que no hace más que irritarte un pelín más de lo que ya estabas antes de partir. Es entonces cuando echas en falta esos detalles que no paro de mencionar. 


Y es que al volver, he tenido que ponerme al día con Big Brother, algo que me apetecía, pero que al mismo tiempo, me provoca cierto miedo. ¿Porqué? Porque creo que parto con una desventaja terrible, y me da la impresión de que perderse tres semanas de esto, significa perder por completo el orden de las piezas en el tablero, y partir con la información desde cero, sintiéndote inútil a la hora de poder redactar algo con pies y cabeza. Por eso no quiero aventurarme a relatar nada de lo que haya podido ocurrir durante las últimas semanas, más que aquello que han mostrado (y que no siempre suele ser cierto, pese a que este año no es el caso) en las galas semanales. Y eso que han estado al rojo vivo. Sin ir más lejos, el blindside del paleto sureño de Judd, me parece uno de los episodios más memorables y bien montados en la historia del show (ahora es cuando viene alguien a decirme que los eventos que se mostraron no fueron realmente como se vieron, pero yo de eso no tengo ni puta idea, ya lo he dicho). O la negrita Candyland explotando en sus últimos días de juego (retiro lo de últimos, que puede que el jueves vuelva a entrar en esa casa, y que queréis que os diga, sería el regalo de cumpleaños perfecto para GinaMarie (que los cumple este jueves), o si más no, sería la risón). 

Pero sin duda, si cabe destacar algo de estas últimas semanas, ese algo tiene nombre (en concreto, dos palabras): Jessie Kowalski. Esta chiquilla que inicialmente pasó desapercibida durante las primeros días de juego, ha conseguido conquistarme por completo el corazón en tan solo cinco episodios. Tampoco debería soprenderos el que cambie constantemente de favorito/a, si en el fondo soy un puto bipolar de mierda, jajajaja. Pero es que tengo que ser sincero con vosotros: no solo me gusta como ha intentado ir a por la reina de corazones a pecho descubierto (sin nada que perder, puesto que en el fondo siempre la han usado como han querido), sino que me parece que es la tía que está más buena con diferencia de toda la casa. Y lo digo muy en serio. Creo que tiene unas tetas perfectas (ni muy pequeñas, ni muy grandes, perfect size, ya me entendéis), un culo de ensueño (que hasta podría llegar a rivalizar algún día con el de la guarra de Alexis Texas) y una cara que (cuando se arregla) es muuuuuuuy dulce e interesante.


Y es que son gente como Jessie aquellos que realmente me conquistan en los realitys. Aquellos que luchan con uñas y dientes por mantenerse agarrados a un hierro ardiente hasta que las llagas de las manos no les permiten aguantarse más, y caen al vacío, uniéndose a esa lista de perdedores que han caído mucho antes que ellos, pero que al fin y al cabo, son del mismo grupo de gente que no ha podido (o no ha sabido) ganar la partida. Son aquellos que a primera vista pueden parecer insignificantes, pero que en cuanto te despistes, se habrán vuelto a colocar en la cima de todo, y ya será tarde para intentar desbancarlos de nuevo. No es el caso de Jessie, pero ha estado cerca de conseguirlo, y por ello, se ha ganado todo mi respeto y admiración. El jueves rezaré todo lo que sepa, para que sea esta chiquilla de culo grande y tetas perfectas, la que reentre a la casa para intentar llevar a cabo su vendetta personal, no os quepa la menor duda. Eso siempre que gane el HoH o el POV, claro, sino se irá el jueves que viene, tal y como ha entrado. 

Pero Jessie no solo me ha ganado por intentar volver a poner patas arriba este juego loco, sino porque me parece la única que ha sabido apreciar aquellos detalles que comentaba al principio de este tostón, y que le han sido brindados durante este verano. El último de ellos, el que acompaña a este texto en forma de gifs. Os pongo en situación: Jessie ya sabía que se iba a casa dos días antes de la gala de expulsión, así que decidió que, ya que no podía ganar el juego, intentaría pasárselo en grande durante sus últimos días, importándole tres cojones lo que se opinara de ella. Y así ha sido: durante sus últimas 48 horas se dedicó a destapar todas las alianzas, a meterse con todo aquel a quien creyera oportuno atacar, riéndose a carcajada limpia de cualquier chorrada que ocurriera a su alrededor (como la pelea de GM contra Aaryn)  y disfrutando a pleno pulmón de los malditos detalles que no dejan de perseguirnos mientras intento cerrar esto. 


Como ese último, en el que el Super les anuncia que deben encerrarse en la casa puesto que toca gala y deben empezar a vestirse (y les necesitan fuera de allí para montar el decorado del siguiente HoH, claro). Jessie, que estaba fumándose el último cigarrillo de su paquete, se levanta, observa el jardín, y le lanza un pequeño beso al aire. Se dirige hacia la puerta, se gira de nuevo, y vuelve a observar ese pequeño patio durante unos largos segundos con cara de pena, para finalmente cerrar la puerta corrediza sabiendo que al hacerlo, sella su destino (¿final?) en este juego. Detalles que enternecen, y que te hacen valorar realmente que concursantes valen la pena y cuales no. Es una lástima no haber podido descubrir a esta niña antes, porque de haberlo hecho, se hubieran ido a la mierda las Aaryns, GM's, Amandas y Helens de turno, me hubiera dedicado plenamente a defenderla a MUEEEEEEEEEEELTE (como decía el subnormal aquel de la gorra en GH12), convirtiéndome en uno más de esos talifans a los que tanto detesto y que hacen que cada puto año tenga que apagar la tele de la mala hostia que me provocan. Pero con ella hubiera sido justificado. 

Me gusta la gente que agradece aquello que se le ha brindado, y que, pese a todas las piedras que haya podido encontrarse por el camino (y os aseguro que Jessie se ha topado, no con piedras, sino con pedruscos), a la hora de despedirse, sigue con una sonrisa en la cara, lágrimas en los ojos y palabras de agradecimiento para todos aquellos que minutos antes le están clavando el puñal por la espalda. Porque está demostrado que en Big Brother no puedes ser buena persona y acabar ganando el juego (bueno, BB11 quizás sea la excepción). Y porque al final del día, sea quien más amigos se lleve de todo esto (que eso poca importancia tiene, pero que no deja de ser una señal de quien valora lo que tiene y quien no). Al contrario que la asiática, mujer fría, sin escrúpulos, utilizando palabras aduladoras para luego rajarte el cuello sin miramientos. Es justo lo opuesto a este pequeñaja de culo grande y tetas perfectas. Es la diferencia que marca el bien del mal. 

Pequeños detalles, que diría yo.

"Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Esto dicen, no lo digo yo, pero lo he oído. Por supuesto siempre espero que maticen: ¿Está enterrado? ¿Está perdido? ¿Debo ir a buscarlo con un loro y una espada? ¿Una X dibujada en un mapa le señala? ¡Para nada! No caen amigos del cielo. No se extraen del suelo con una pala como en "Amanece que no es poco". Un amigo no se abona y crece así tampoco. Se refieren a su valía.

Roberto Carlos, el que un millón de amigos quería. ¿Para que quieres eso tú? ¿Para echarlos a perder? ¿Tienes ya una página en Feisbuk para conseguirlos? Porque no se hacen amigos a diario, no salen de un sobre sorpresa al abrirlo, ni se conserva el derecho a serlo como un título nobiliario. Y una vez los tengas, cuídalos. Como cuidas a la planta que más te apetece cuidar, estoy hablando, claro está, de esa planta en la que piensas cuando piensas en fumar. Ya que sin cuidado, pierde ese brillo de la amistad en los ojos. No hay nada más triste.

Y también dicen por ahí que se cuentan con los dedos de una mano. Y digo yo, que con una mano, puedes contar si quieres todas las estrellas del firmamento. Simplemente, levanta el dedo, y dedícale un momento.

Pues se considera amigo aquel a quien podrías llamar a las tres de la mañana por un asunto de vida o muerte, conste en acta, y se aconseja no hacerlo nunca, para seguir teniendo la suerte de mantener su amistad intacta. Como sea: por afinidad, por solidaridad o por soledad. Por tener cerca las casas, por tener gafas, por tener vistas las mismas películas sentados en las mismas sillas y soñar los mismos sueños, por haberse sollado las rodillas con las mismas aristas en los mismos parques de pequeños, por haber salido arrastrándose de un mismo lodo, por absolutamente nada y absolutamente todo... dicen... que quien tiene un amigo, tiene un tesoro."

viernes, 2 de agosto de 2013

La barbacoa de nuestros sueños.

La barbacoa de nuestros sueños


Aún estoy a la espera de que esta temporada pueda decepcionarme, porque hasta el momento, creo que es una de las reality seasons más sólidas que he visto en toda mi vida (y eso que he visto muchísimas, creédme). Hoy no tengo tiempo para hablar de la gala de ayer, y mucho menos de dejaros un escrito que supere los dos párrafos. Voy apurado, mañana me voy, y no vuelvo hasta el día 12 (día en el que cumpliré 22 años, y me sentiré un poco más viejo aún de lo que me siento ahora), hecho que me molesta muchísimo, puesto que me perderé la que se presenta como la semana más interesante de todas las que llevamos hasta la fecha (aunque bien es cierto que necesito un descanso internetil, y por consecuencia, bigbrotheril, que ver este show es magnífico, pero a la vez agotador). Y es que si cada semana los hámsters nos brindan peleas por doquier, sin darnos un solo día de respiro, ayer noche se podría denominar como la noche de "LA PELEA". Quizás la más fuerte hasta el momento. Y es que no me cansaré de repetir, que si por mi fuera, sacaría a patadas de la casa a todos los hombres que quedan en ella, y dejaría a las siete féminas durante 4 meses (más) encerradas. Porque son ellas las que hasta el momento se han dejado las entrañas en la función, para que un grupo de yonkis como nosotros, pueda saciar sus ansias de entretenimiento. Y encima sin pedirnos nada a cambio.

Así que durante estos diez días de retiro, rezaré por mi Aaryn (con mi princesa del ghetto no me hace ni falta, que ayer noche ganó el HoH, la muy diosa) y porque los planes de la Grodner vuelvan a fracasar por tercera vez (si es que la gorda no puede quitarse de encima a la tejana, y eso le debe provocar urticaria como mínimo). Y es que, viendo la pelea de ayer noche (la cual os dejo en el vídeo de abajo), cada vez temo menos por mi pequeña racista, porque cada vez que Amanda abre esa bocota zafia, se cava más su propia tumba (siempre que los MUPPETS de Helen y Andy no ganen un HoH), alejando cada vez más la diana de esa rubita con cara de angelito (y alma de demonio). Y es que si Aaryn sobrevive a la expulsión del jueves, tendrá que currárselo durante la siguiente hora, porque no será una la persona que abandone, sino dos. Y las dos se quedarán a las puertas del jury (que empieza en la F9). Y no habrá nada que me ponga de más mala hostia, que la protagonista absoluta de toda esta historia, no tenga ni siquiera el derecho a emitir su voto en la final. Save the racist bitch, save the world.


Nos vemos el día 12. Como diría mi padre: sed malos.

jueves, 1 de agosto de 2013

El último adiós

El último adiós


Fue bonito ver como todos se reunían por última vez para darte un último adiós. Y cuando digo todos, es todos. Tu familia, tus amigos, tus rivales... por un puto día, dejaron sus diferencias aparte y se reunieron para despedirte como te mereces. Y es que no todos los días perdemos al capo más carismático que nos haya podido dar la tierra. Fíjate, desde aquí puedo verles a todos. 


Tu psiquiatra, esa mujer a la que tanto nos ocultabas por miedo a las consecuencias, es la primera en llegar. Se la ve destrozada. Supongo que sabe que de ahora en adelante tendrá que enfrentarse a una horda de pacientes aburridos, con historias vacías y relaciones absurdas, haciendo que pase las ocho horas del día en las que trabaja, deseando acabar para poder irse a casa, con la esperanza de que algún día, de repente, vuelvas a aparecer en su sala de espera, observando el cuadro "con trampa" que tiene allí colgado.

Mira, allí está la rata, no podía faltar. Se le ve apartado, hacia un lado. Normal, sabe que si Paulie o Silvio le ven, le destrozarán las piernas. Pero la verdad es que es todo un detallazo que haya venido a verte, porque al fin y al cabo, no dejó de ser un buen amigo lleno de remordimientos al que le hizo mucho daño el venderte al FBI. Y es que que bien le escogiste el mote, cabronazo, le viene que ni al pelo: Big Pussy (podríamos traducirlo como gran coño, pero también como gran nenaza).

¡Hostia, tu primo! Joder, que de vueltas da la vida. El jodido Buscemi, que puta leyenda, siempre lo ha sido. Desde cuando planeaba un asesinato en las tierras nevadas de Minnesota, o cuando jugaba a los bolos con Walter y el Nota, o incluso cuando vestía de traje y se hacía llamar por un color (encima era el rosa, que mal gusto, joder). Pero sobretodo por ser el primo que quiso cambiar de vida, y sin embargo, se vio embarcado en una serie de eventos que le llevaron a recibir un tiro proveniente de tu escopeta. 

Ahí está tu hija. Joder, como ha crecido la chiquilla... está hasta buena, no te lo voy a negar. Pero tranquilo, no pienso ponerle la mano encima, sé que era la niña de tus ojos, tú ángel de la guarda, la única persona que parecía entenderte cuando llegabas a casa, y probablemente la persona a la que más amaras en toda tu vida. Solo ella podía presentarse aquí de manera tan elegante.

Por allí asoma Carmela, tu Carmela. Que mal lo pasaste cuando tuvo que echarte de casa... ¡pero a quien se le ocurre acostarse con una prostituta rusa y tarada! Fueron días difíciles, pero gracias a ello, la reconciliación en aquella piscina a altas horas de la madrugada, fue mucho más bonita. El polvo que volvió a poner las cosas en su sitio. Y es que me juego las pelotas a que no hay nadie que te correspondiera más que ella (y viceversa), por mucho que pudiérais enfadaros día sí y día también. 

Por fin le encontré... ahí esta, destrozado, abatido, alicaído. Sí, estoy hablando de tu sobrino Christopher, que difícilmente puede contener las lágrimas. Una clara demostración de lo mucho que te respetaba (probablemente más que nadie). Para él se va un referente, un padre, pero a la vez queda depositado en él todo tu legado. Lo lucirá con orgullo hasta el día de su muerte, y entonces, cuando se reúna contigo, habrá aprendido que en la vida hay que ir con pies de plomo, tal y como siempre le hiciste aprender (o lo intentaste).

Esto está lleno de gente: Juliana Marguilles, esa mujer que tantos quebraderos de cabeza te trajo en tu última etapa. O Ciffaretto, siempre con su estilo personal (este no ha conocido ni conocerá lo que significa ir a un funeral, pero tampoco intentaremos hacerle entrar en razón ahora, ¿no?). Incluso tu hermana Janice ha venido, como para no verla, se está poniendo igual de fondona que tú (¿será un gen familiar?). O el bonachón de Hesh, que siempre quiso poner sentido común en la familia. 

Por fin aparece el último de todos: Corrado. Tío Junior, como te gustaba llamarle. Al fin el muy hijo de perra te ha ganado esta batalla, eh... y eso que le dejaste medio senil en una residencia de New Jersey, sabiendo que ya nunca más volvería a ser aquel que jugaba contigo a béisbol cuando eras un criajo. Todos ellos han venido. 

Este es el último adiós, prometo no dar más el coñazo con tu muerte, pero creía justo señalar como la familia está siempre ahí, hasta el último minuto. Puedes irte en paz. Además, no sé que cojones haces perdiendo el tiempo aquí en vez de estar gestionando el Bada Bing del cielo, que hace unas horas Dios te ha pedido un par de putillas y aún está esperando, con la polla más dura que un tonel, a que le des una jodida sala de una vez por todas.

miércoles, 31 de julio de 2013

Solo Dios perdona

Solo Dios perdona


Creo que debería implantarse por norma general (a pesar de que gran parte del público ni siquiera lo considere como algo realizable para decantarse por una película u otra) el no leer ningún tipo de crítica relacionada con aquel film que te llame la atención, sea por el motivo que sea. Porque entonces es cuando podrás entrar en la sala de cine sin pretensiones, disfrutar de los 95-120-180 minutos que dure el espectáculo y salir alabándolo, o bien, todo lo contrario. Y entonces es cuando tu opinión tendrá fundamento. Y es que tras leer como la crítica MASACRABA una película que con su tráiler me había dejado con la boca por lo suelos (y que partía con una premisa aún más interesante que la de "Drive", película de Winding Refn anterior a esta), todas mis ilusiones se desvanecían. No podía entender como algo con un envoltorio tan suculento y precioso, podía estar tan "vacío" (y hablo en palabra de la crítica) por dentro. Y por ese mismo motivo, me negaba a ponerme con ella hasta ayer noche, cuando por fin decidí romper el miedo de la decepción, y darle al play. Hora y media por delante, unas luces rojas me envolvían desde el primer minuto de metraje. Y ya no hubo salida. 

Para empezar: OGF (Only God Forgives) no es Drive, ni lo parece, ni lo pretende, ni lo intenta. Aquella era una historia de cine noire en su máximo esplendor, y probablemente por ello fuera la película más comercial de Refn hasta la fecha. Esta es todo lo contrario. Quien conozca mínimamente a Nicolas, sabrá de su amor por los silencios en sus films y por su homenaje constante a la ultraviolencia (otro de los motivos por los que esta cinta ha sido tan defenestrada, cosa que no entiendo, Kill Bill o cualquiera de Kitano utilizan un tipo de violencia bastante más explícita, y no por ello son lapidados, sino más bien lo contrario). No esperes a un conductor enamorándose de la Carey Mulligan de turno, porque no lo encontrarás, y mucho menos en una película que bebe tanto del cine asiático (y que por tanto, adquiere sus rarezas y sus virtudes). En esta ocasión, Julian, el personaje principal interpretado de nuevo por ese Ryan Gosling hierático, no siente amor por nadie. Está vacío por dentro, y la única persona que parece encender su llama, es su propia madre, Crystal (interpretada MAGISTRALMENTE por una Kristin Scott Thomas, que bien se merecería la nominación a algún premio gordote, pese a que probablemente la ignoren tanto como a la propia película). 

Y es que mientras en Drive no conocíamos nada del pasado o los motivos que llevaban a "El conductor" a realizar lo que realizaba (ni falta que nos hacía), en esta ocasión, Julian se nos descubre a pecho abierto, mostrándonos todos los miedos e inseguridades de su personaje (y por consiguiente, los motivos por los que actúa como lo hace). En primera instancia, un amor/obsesión desmedido por su madre.  En segunda instancia, una carencia afectiva impresionante, que se refleja y satisface con una escena cercana al final (y que tiene que ver con unas tripas), y por último, y como consecuencia de todo ello, su gran incapacidad de amar a ninguna otra mujer (plasmado en la escena en donde una prostituta le ata las manos a un diván y se masturba sola o en otra en la que se le ve sentado en un sofá, mientras, dedicándose simplemente a observar a la misma prostituta tras una cortina de abalarios rojos (dato que no hace sino remarcar la evidente distancia que separa al protagonista de toda figura femenina) mientras fantasea con que es él quien juguetea con la entrepierna de la susodicha).

El pasado de Julian se nos es introducido hacia el final de la cinta, pero una vez más, desconocemos los motivos que motivaron sus acciones (y de nuevo, vuelven a sernos innecesarios). Pero esos motivos son los que hacen que Julian se traslade de los Estados Unidos a Bangkok, seguido de su hermano Billy, el preferido de mamá. La muerte de Billy (el cual ha sido ejecutado por el padre de una prostituta de 16 años, a la que viola y mata violentamente por un puro y simple ataque de rabia) (y ojo, eso no es un spoiler, cabrones, que lo pone en la sinopsis) provoca el regreso de la figura materna. Esta le pide a Julian que vengue a su hermano matando a aquellos que lo asesinaron, pero Julian es incapaz de hacerlo, es diferente a ellos. Scott Thomas se encarga de recordárnoslo toda la película "Tú eres diferente a los demás". Descubrimos una faceta de Julian totalmente opuesta a lo que aparenta: está lejos de ser un matón, se asemeja más bien a un ratoncillo en estado de shock que no es capaz de encontrar la paz. A partir de ese instante, y a lo largo de todo el metraje, se suceden una serie de muertes (que no se desentienden en detalles escatológicos, y bien que hacen) que llevarán a la batalla final. 

¿Y contra quien es esa batalla? Pues contra el antagonista de Julian (que no quiere decir que sea el villano, ojo): el Policía Chang, que utiliza la justicia de una manera poco ortodoxa. Chang representa una fuerza justiciera que se manifiesta en Julian como la personificación de su conciencia, acechándole continuamente (aparece de repente en su propia habitación, en el gimnasio donde trabaja, y cuando Julian decide perseguirle, desaparece misteriosamente al doblar una esquina). Algo así como el Santo Tribunal inquisitorio, pero con katana en mano (una katana que se saca de vez en cuando de la espalda, pero que es inexistente cuando le vemos de espaldas, otra de esas rarezas japonesas que no nos pondremos ahora a debatir, igual que el amor de Chang por ir al karaoke a cantar). 

A modo de cierre, otra de las cosas interesantes de este film tan poderoso e intenso, es la constante obsesión de Julian por mirarse a los brazos, mientras cierra los puños lentamente. Una acción que cobrará sentido en la escena final de la cinta, la cual no destriparé, solo porque entonces ni Cristo volverá a entrar a este blog (además de recibir insultos a diestro y siniestro, cosa que quiero evitar a toda costa). Y es que la falta de afecto recibida por parte de su madre (vuelvo a recalcar el impecable trabajo de Scott Thomas, metida en un chándal rosa de choni y gastándose una mala hostia que no es normal) hace de este chico atormentado, uno de los personajes más carismáticos, interesantes y enigmáticos que se recuerdan en bastante tiempo. 

Y eso me lleva de nuevo al inicio de este intento de crítica. Y es que vuelvo a contradecirme una vez más (es algo que no puedo evitar), puesto que al empezar, os recomendaba no leer críticas antes de empezar a ver alguna película, pero entonces... ¿quien cojones va a leerse esta mierda? Bueno, me vale con que volváis aquí una vez la hayáis visto. Y si no lo hacéis, leedla ahora, que no os va de tres minutos, cabrones.


lunes, 29 de julio de 2013

On the Road

On the road


Como bien decía en la entrada anterior, al mismo tiempo que yo escribo esto, Kaitlin está pisando la carretera, yendo de bareto en bareto y poniéndose hasta el culo de Bourbon. Aunque por la foto, me da que más que Bourbon, lo que en realidad le gusta a esta es un buen Ruso Blanco (el brick de leche la delata), aquella bebida que no paraba de meterse el Nota (ah, mi puto referente, como te adoro, joder) cuando salía por el desierto de Arizona a entregar maletines a cambio de Tara Reid. Lo que viene a decir, que poco a poco, esta morena despampanante, está recuperándose de la recepción tan dura que ha recibido, y que no significa ni la mitad de la que les espera a las otras dos (esta al menos conservó su trabajo). O quizás, no se está recuperando y simplemente ha decidido mandar a tomar por culo toda opinión que pueda dañarla, demostrando que poco le importa lo que puedan decir cuatro mongolos de ella. Sinceramente, me decanto más por lo segundo.

Y es que Kaitlin es el ejemplo de concursante que al salir, actúa de manera envidiable, sin mantener ningún tipo de cruzada contra sus ex-compañeros, pidiendo perdón por aquellos comentarios que hayan podido dañar a cierta gente, y disfrutando del verano sin amargarse. Aún me falta encontrarle algún defecto a esta chiquilla, por ahora me ha sido imposible (si incluso mientras bebe a morro lo hace con un modelito fantástico, que dan ganas de arrancárselo de cuajo para vertirle la leche por el cuerpo y quitársela a lametazos... dios, perdonadme, es el calor, que altera a cualquiera). Quizás, lo único que da un pelín de grima, es ver los mensajes edulcorados y llenos de azúcar pringoso que se mandan entre ella y Jeremy (están separados por varios kilómetros, y aún no se han visto desde que esta salió de la casa). Un chumi de nivel cinco. Pero por todo lo demás, chapó a la princesa caída.

Pero centrándonos en la casa de BB, ayer presenciábamos las nominaciones de esa maravillosa Aaryn, ejemplo de villana perfecta, sin ningún tipo de escrúpulos y siempre con una sonrisa de niña buena en la cara. Una especie de concursante que en raras (y muy contadas) ocasiones se puede disfrutar, puesto que da todo lo que se puede esperar de alguien como ella: sin tapujos, sin máscaras, hijoputez elevada al máximo nivel. Ya nos gustaría en España poder gozar de alguien como ella en alguno de nuestros realitys (no hay más que comparar el nivel de Big Brother de este año con el de Campamento de Verano... hasta me sonrojo de la vergüenza). Y es que para mí, Aaryn es imprescindible hasta el final de esta función. Me atrevería a decir que, pasados los años, cuando tengamos que ponerle cara a la decimoquinta edición del reality de los ratoncillos, Aaryn será la primera que nos vendrá a la cabeza, y es que, para bien o para mal, ha sido la protagonista indiscutible de toda esta historia. Sé que soñar con que llegue a la F2 es algo muy improbable (y más teniendo en cuenta que esta semana la han usado como han querido para poder tirarla a la siguiente, si es que Candice no se vuelve loca con la expulsión de Howard en esta, entonces su destino podría retrasarse), pero es el goat perfecto, no entiendo como nadie lo ha considerado hasta el momento. CUALQUIER concursante puede ganar al lado de la tejana, y por lo tanto, lo más inteligente es tenerla sentada hombro con hombro a principios de Setiembre (y ya de paso, darnos al público que la amamos, la satisfacción de poder verla hasta el último día del show, horas antes de que se apaguen las luces de la casa, esperando otro año entero para que vuelva a llenarse). 


Y es que es irresistible pensar que a esta niña que no ha roto un plato "en su vida", lo que en realidad le gustaría es que de repente le aparecieran dos electricistas negros en casa, le destrozaran el vestido que su madre le había cosido previamente con dedicación, y mientras sus parientes estuvieran fuera comprándole todo lo que ha pedido para la semana (como buena princesa de la casa que es), dos pollazos negros la destrozaran por ambos agujeros, mientras ella pide más y más, hasta el punto de ir por el quinto squirt de la tarde y tener el ojete bien enrojecido. Pero claro, soñar es gratis. Y mientras yo me monto mis fábulas, ella nomina al negro de la casa (Howard) y por si fuera poco, a la judía (Amanda, aunque esta fue subida por América, todo sea dicho). Pero oye, que lo del racismo no tiene nada que ver, joder, que le sacáis puntilla a todo. Es más, el hecho de que vaya a subir a Candice como tercera nominada tras salvarse Spencer con el POV, no significa QUE AARYN SEA RACISTA. Para nada... joder, que puta diosa es, la virgen, jajajaja.

Y hablando de negros, esta semana la cosa está entre ellos. Howard ya lleva varios días en el punto de mira de todo el mundo (y más en concreto, de Amanda, que ha adoptado una especie de obsesión enfermiza por sacarle fuera de la casa), y Candice, por eso de ser su showmance, ha sido incluida dentro del saco. Si nada se tuerce, el negro abandonará la casa este jueves (rompiendo así todos los planes de la Grodner, que nos lo quería hacer ganador desde la primera semana), pero aún quedan cuatro días enteros, y en ese tiempo, es donde se han fraguado las expulsiones de David, Nick y Kaitlin, ahí lo dejo. Es más, si nos remontamos a la tarde de ayer, Spencer y GM ya empezaban a mover los hilos para intentar que Howard se quedara y expulsar a Candice en su lugar, mientras que esta hacia lo propio para salvarse el culo (y el de su amado) y enviar el de la dictadora de Amanda hacia el mundo exterior. Pero claro, tiene que venir la imbécil de Helen a tirar el plan por los suelos. Y es que la asiática asegura que esta semana no puede ir a por Amanda, porque le debe un favor a McCrae por su primera semana como HoH. ¿Pero esta tipa quien se ha creído que es? Es decir, que como ella no puede ir a por Amanda, ya nadie más puede hacerlo, ella tiene que estar al cargo. Pues O-Ren Ishii de los cojones, ya puedes irte a tomar por el culo, deja a la gente jugar como quiera, no eres la jefa de nadie. 

Soy el primero que lleva diciendo (desde que empecé a escribir sobre el reality en el blog) que quiero a los hombres fuera uno a uno y en fila india (menos a Judd), y por lo tanto debería apoyar la expulsión de Howard esta semana (además de ser un tipo tremendamente aburrido y anodino, sin ningún tipo de gameplay, muestre el edit lo que muestre), pero un blindside a Amanda es demasiado irresistible... El hecho de que le puedan cortar las alas a la persona que ahora mismo está en poder (y a la que prácticamente nadie tose), es algo que no podemos echar a perder. Y vista la tendencia que han adoptado las expulsiones de este año (cuatro backdoors/blindsides seguidos), esta no podría ser menos. Si se va Howard, será la primera vez este año que la expulsión está cantada desde que Aaryn lo sienta en la silla de nominados, pero si lo hace Amanda, ya será la quinta en la que se larga alguien que no estaba en los planes inciales, convirtiendo ya a esta temporada en una de las mejores tres de la historia (si es que no lo es ya) y alzando a algunos de sus concursantes al Hall of Fame de Big Brother.

Pero viendo los últimos acontecimientos de la casa, dudo muchísimo que la judía se largue el jueves. Y ese es un problema, porque Helen y co, habrán vuelto a darle una vez más el poder a McCranda, sin darse cuenta (y mira que es obvio) de que la pareja es quien mueve ahora mismo todos los hilos. ¿Arriesgado para ellos? Sí, pero por el momento les funciona. No solo eso, sino que la estúpida de Helen tiene en mente cargarse a Candice y Elissa en breves, dos aliadas potenciales, para quedarse en una casa sin ninguno de ellos. Quien entienda a esta tipa, que la compre.

Voy a ir cerrando esto ya, que cada día divago más y al fin y al cabo no cuento nada nuevo. Y es que me he dado cuenta de que llevo varias entradas sin hablar de mi gran favorita: GinaMarie. Y eso es algo imperdonable. Pero ocurren dos cosas: la primera, que no me hace falta comentar lo grande que es, porque en cada capítulo vuelve a afianzarse como una de las personas más carismáticas, divertidas y memorables que recuerdo, y segundo, porque realmente Aaryn viene con fuerza a quitarle el puesto (y es que la tejana me gusta cada día más, si es que eso es posible). Que cojones, que las dos rubias compartan el trono, no puedo decidir. 

Y mientras todos estos entresijos se tejen en la casa de Big Brother, Kaitlin sigue de ruta por la carretera de Arizona, en busca del siguiente bar en el que fundirse todo el alcohol que tengan en reserva, a ritmo de los Creedence Clearwater Revival, con un peta en la mano y cantando a grito pelao' aquello de "¡Duh, duh, duh, lookin' out my backdoor!".

sábado, 27 de julio de 2013

Mi princesa caída.

Mi princesa caída


No han pasado ni siquiera 48h aún desde que esa especie de diosa metida en el cuerpo de una humana (sinceramente creo que es la mujer más atractiva que ha participado en las quince ediciones realizadas hasta la fecha, y su foto en la pared de concursantes, no hace más que confirmarlo), abandonaba la casa de Big Brother. Y en estas últimas y frenéticas horas, ella ha tenido que iniciar una especie de redención, pidiendo perdón a través de Twitter, entrevistas y demás, para evitar que el pueblo americano (al que le encanta quejarse por todo, pero que a la hora de la verdad, sigue demostrando ser uno de los países con más retraso mental del mundo) poco más que la quemara viva. 


El problema está, en que la pobre chica, ahora mismo se siente poco más que una mierda al sol, viendo como un país entero no solo la tacha de racista, sino que le da la espalda a través de insultos y descalificaciones. Pero lo más grave del asunto, es que Kaitlin tenga que pedir perdón por algo de lo que realmente no tienen culpa alguna. Y volvemos a la misma cantinela de cada puto año: cuando estás encerrado en una casa durante las 24 horas del día, siendo grabado/a por 30 y pico cámaras (y micros), te comportas tal y como eres en tu día a día, Y TE LA SUDA LO QUE SE OPINE DE TI FUERA. Porque todos tenemos un lado gamberro que sale de vez en cuando, y nadie nos cuestiona NADA (y mucho menos un país entero) cuando hacemos un chiste desproporcionado o soltamos alguna frase fuera de lugar. Así que al levantarme y empezar a leer la sarta de sandeces que una piara de gentuzos americanos le está recriminando a una chica joven, libre y que hace lo que le sale de los ovarios (porque está en la edad ideal para hacerlo), me he visto en la obligación de saltar a defenderla. 

Le he dicho que no tiene que disculparse por nada de lo que haya dicho o hecho, que pase de los tarados mentales que la acosan y que siempre seguirá siendo la mejor. Y digo esto, porque observando el panorama actual de la casa, genuinamente creo que Kaitlin era la mujer con más corazón de todos los que estaban dentro. Ella misma ha retwitteado mi comentario, y no solo me ha matado de amor (<3) sino que ha hecho que se encienda aún más la llama. Solo por eso me arrepiento de haberlo escrito, no quiero que sufra más de lo necesario, y menos por un tipejo como yo, que al fin y al cabo no soy nadie.


Claro, viendo comentarios como los de arriba, no hago más que cuestionarme porque Twitter no implanta de una puta vez un filtro para retrasados. Algo así como un detector de escritura que basándose en las faltas de ortografía o en la manera de redactar, banee a los subnormales de turno de poder postear algo. El mundo sería un lugar mucho más placentero, creédme. Podría haberles ido contestando uno por uno, pero ya me he cebado con la primera, y he creído innecesario seguir alargando una discusión por la cual ninguno de los dos lados cederá. Así que, a tomar por culo lo que opinen ciertos mongolitos internetiles, Kaitlin está de mi lado, y eso es lo único que me importa en todo este asunto.

Pero a lo que íbamos, mi querida princesa caída: no debes preocuparte por nada. Dicen por ahí (o más bien dicho, afirman) que dentro del grupo de las Mean Girls (aquella película casposa y teenager, interpretada por Lindsey Lohan en uno de sus momentos de lucidez antes de empezar a meterse de todo) ella sería Gretchen Weiners, algo con lo que estoy completamente de acuerdo. Y es que para aquellos que no lo recordéis, las Mean Girls estaban formadas por tres componentes: Regina George (Rachel McAdams de rubia, líder del grupo, sería la Aaryn de aquí), Karen Smith (Amanda Seyfried haciendo de retrasada en sus inicios, sería el clon perfecto de GinaMarie) y Gretchen Weiners (la morena del clan, y la única que detrás de su máscara de maldad, tenía un corazón de oro). Creo que las comparativas son perfectas y se asemejan a la realidad. Y es que Kaitlin JAMÁS fue una Mean Girl, o al menos, intentó todo lo posible por no serlo. Claro que cuando te encoñas del quarterback de la escuela (un armario de dos puertas llamado Jeremy) todo el potencial que podías tener, se esfuma en cuestión de segundos, pasando de ser una tipa inteligente a un simple títere sin cerebro, algo que no se corresponde en absoluto a la chica de la que hablaba antes. 

Kaitlin ha escogido mal a sus aliados, en eso estamos de acuerdo. Incluso muchos opinan que su marcha no afectará en nada a la casa, puesto que era la más cuerda (o tranquila, digámoslo así) de las tres villanas, y por lo tanto no daba todo el juego que se esperaba (o se podía esperar de ella), pero yo opino todo lo contrario. No está de más tener a alguien que siente los pies en el suelo a una alianza tan disruptive y loca como la de esas tres chicas, y que coño, los jugadores más normales y reales (los de casa, los de siempre), al fin y al cabo, son siempre los mejores (o al menos, mis favoritos). No necesito que alguien pegue cuatro berridos o se pelee con alguien para que me pueda gustar. Sin ir más lejos, diría que tras GM, Kaitlin era mi favorita de las chicas, y Judd de los hombres (siendo este el más paradito y calmado de todos ellos). Así que el tópico de "Quien más juego da = Mejor concursante" se puede ir a tomar por culo. Claro que son necesarios los concursantes con chispa y carácter, pero tiene que haber de todo, y Kaitlin aportaba ese punto de racionalidad a una casa llena de egos como es la de este año. 

Aunque no todo son malas noticias: Aaryn ganaba el HoH veinte minutos más tarde de perder a su máxima aliada. Y es que durante los 10 primeros minutos del episodio de ayer, el tema que más se trató fue el de expulsar a Kaitlin porque esta podría ganar el HoH y Aaryn no lo ganaría de ninguna de las maneras. Well... ZING! Me encanta que todos se traguen sus palabras y tengan que esconder el rabo entre las piernas. La reina del mal vuelve a tener el poder, y más os vale empezar a lamerle el culo, que por ahora, es la persona con más HoH ganados, le pese a quien le pese. 

Todo apuntaba a que Elissa (que además no puede jugar el POV esta semana) sería nominada sin dilación, pero McManda ha parecido convencerla para que nomine a los dos miembros restantes de la Moving Company: Howard y Spencer. Y así ha sido. Apostaría a que el tercer nominado estará entre GM y Amanda, decantándome por la segunda, que últimamente está jugando demasiado fuerte (y suele ser bastante más faltona que las propias Mean Girls, otra de las cosas que la CBS parece querer obviar). Yo quiero que se vaya Howard, no me gusta cuando Allison Grodner protege a un concursante de la manera que sea y con las tácticas que sean necesarias (tongos incluidos). Y en esta ocasión, ese concursante es Howard. Nada le iría mejora a la CBS que en una temporada con un ambiente tan racista, gane una persona negra y cristiana. Les redimiría como cadena pura y blanca que suelen ser. Y ese es precisamente el motivo por el que le quiero fuera (nada en contra de él, es un buen tipo). Veremos como van las cosas, pero desde luego hay una cosa clara: con tanto cambio de poder (esta edición me recuerda TANTO a BB6, donde cada semana el HoH cambiaba de una alianza a la otra) la casa sigue al rojo vivo, y este año, no ha dejado de estarlo desde el momento en que el primer concursante abrió la puerta. 

Y es que con la salida de Howard (si es que se va) ya serían cuatro los hombres que están fuera, mientras que siete mujeres se mantienen aún en la casa. Spencer sería un cadáver flotante, y se iría más pronto que tarde. Y una vez estos dos estén fuera, debe aplicarse la siguiente teoría:


Dejando así a Judd como el último hombre en pie (y realmente el único que ha valido la pena este año junto a Jeremy y McCrae durante la primera semana). Y es que esta es una edición FEMENINA, y creo que nadie puede negármelo. Las chicas se han robado el show desde el minuto cero, haciendo que los hombres no sean más que meras comparsas de las cuales podemos prescindir. Y eso no hace más que reafirmarme, que en una temporada en la que las vaginas están por encima, mi princesa caída no se merecía ser la primera en pagar la desgracia de ser la única mujer en estar fuera de esa casa (y mucho menos de quedarse fuera del jury). 

Pero eso ahora mismo a ella le importa una puta mierda, porque mientras yo escribo esta bazofia, ella ya va por el cuarto mojito en un bareto de Las Vegas, disfrutando del verano como se debe: bebiendo y follando a todas horas. Y es que a mi princesa caída no le faltará ninguna de las dos cosas. Es lo que tiene no ser una más del montón. Es lo que tiene ser una Diosa.

viernes, 19 de julio de 2013

Man of Constant Sarrow

Man of Constant Sarrow


Ayer llegué a la conclusión de que, tras tres semanas de concurso, hemos estado fijándonos en todo (racismo, peleas, meltdowns) menos en lo que realmente interesa de todo este concurso: saber jugarlo bien. Y es que me apostaría un huevo (y parte del otro) a que, para el 90% de la gente que sigue Big Brother 15, Judd (ese paleto de Tennesse, que parece sacado de los Soggy Bottom Boys, aquel magnífico trío de "O Brother" que cantaba country) sigue siendo el gran desconocido a día de hoy. Y eso es una magnífica señal, prueba irrefutable de que probablemente sea quien mejor posicionado se encuentre en estos instantes. Ya no a nivel de juego, sino también de votos. 

Y es que con el paso de las ediciones, ha quedado demostrado que estar en el bando de los perdedores desde el inicio, no deja de ser el principio del camino hacia el éxito. Y sino, que se lo digan a Will Kirby o Dan Gheesling, considerados los dos mejores jugadores de la historia de Big Brother, los cuales se quedaron sin aliados en las tres primeras semanas de concurso, y aún así, acabaron ganando el juego. Y es que Judd puede que empezara en tierra de nadie, sin posicionarse con unos o con otros, convirtiéndole en uno de los early targets del juego,  pero en tres semanas, ha sabido sacarse las castañas del fuego sin hacer demasiado ruido, se ha colocado en la alianza mayoritaria ( y de la cual ya ha firmado un acuerdo de Final 4 junto McCranda y Andy) y ayer mismo ganaba un HoH decisivo, que finalmente acabará de dar la mayoría al grupo de las minorías (suena irónico).

¿Y lo mejor de todo? Que nadie le considera una amenaza. Y ese es el mayor piropo que podrían darte jamás en este dichoso juego de ratones. Y es que si hay algo que realmente me gusta de Judd (probablemente, el único hombre de los cinco que quedan en pie, que me genera simpatía) es que hasta ahora, ha jugado solo, completamente solo. Y seguirá haciéndolo hasta que su destino quede sellado (tanto si gana como si pierde). Es el llanero solitario, el cowboy justiciero, el redneck más adorable del ganado. Y poco a poco, saca a relucir su revólver para ponerle fin a cada una de las personas que abandona la casa semana a semana, en el típico duelo a tres bandas en el que solo sobrevive el más rápido. Y cuando todo esto acabe, y tenga su cheque en las manos, entrará en la taberna más sucia de todo Kentucky, y se meterá la cerveza más grasienta del puto local. A la salud de todos. 

Y es que mientras gente como Judd sabe medir el poder en pequeñas dosis, otros (o más bien otras) hace tiempo que perdieron de vista su medidor. Efectivamente, estoy hablando de Helen y Elissa, las dos underdogs (aunque a partir de este instante, dejaré de utilizar esa palabra para referirme a ellas, ya que hace tiempo que perdieron ese status) que a cada día que pasa, se van creciendo más, hasta el punto de celebrar cualquier tipo de competición o twist que las beneficie, llegando a creer que ya han ganado el juego, cuando esto no ha hecho más que empezar y aún les quedan 9 semanas por delante. Y es que con lo del MVP todo les ha salido rodado, y no han tenido que hacer absolutamente NADA durante estos últimos días. Ojo, se lo merecían tras sacarse de la manga lo de Nick, pero pocas veces he visto una evolución tan negativa de una semana a otra. Y es que si la semana pasada las amaba, ahora cada vez que las veo pegando saltitos o bailando en petits comités cada vez que algo les sale bien, me entran ganas de echar la pota. Que vigilen, que todo puede girarse en su contra en cuanto menos lo esperen. 

Que les pregunten a las Mean Girls, que empezaron creyéndose Dios, y ahora no son más que media mierda esperando el día de su ejecución. Y es que ayer perdían a su guardaespaldas, ese Jeremy que en tres semanas nos ha dado todo aquello que se espera de un concursante: que nos entretenga. Por ello, ya le estoy agradecido, pese a que no compartiera muchas de las cosas que hizo o que dijo. Y ahora, las tres malotas de la función, están a la espera de saber quien de ellas morderá el polvo el jueves que viene, sin poder hacer nada por salvarse el culo. El juego ha cambiado de arriba a abajo, pero ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos.

Y al fondo del escenario nos quedan esos fantasmas medio muertos de la Moving Company, que ya no saben hacia donde mover el culo. En este caso hablo de Howard y Spencer, dos tipos que cada vez me llaman menos la atención y a los cuales no me importaría perder de vista en breves. Es más, me gustaría que se fueran esta semana y la siguiente, creando así el récord de ser la primera edición en que los 5 primeros expulsados han sido hombres. Y es que el primero es la elección de la CBS para llevarse el maletín, y me encantaría que los planes de Allison Grodner y de la cadena se fueran al carajo. Y es que el intento de lavar su imagen con un ganador negro y cristiano, después de toda la que se ha liado con el tema del racismo, conseguiría que América se reconciliara con esa cadena tan blanca y pura... joder, que puto asco dan. Respecto al segundo, ha jugado demasiado fuerte, y ahora no se fía de él ni cristo. No tardará en desfilar. 

Voy a ir cerrando ya esto (que cada día me parece más corto, pero me falta tiempo, y lo digo de verdad, voy a tope de curro) con esa escena de mi GinaMarie (ya os parecía raro que no hablara de ella, ¿eh?) que volvió a abrirme el corazón en mil pedazos, como ya viene siendo habitual cada vez que aparece. Y es que, en un intento de broma, le escondieron la gorra de su "Nick", y casi le entra un ataque de pánico (con lloro incluido) que podría haber terminado en catástrofe mundial. Suerte que supieron pararlo a tiempo, y le entregaron la gorra antes de que se pusiera a gritar a modo de rapera, insultando a todo aquel a quien se le antojara. Y es que si en su día se lapidó a Hans (aquella enana transexual) por mojar a la muñeca de Rebequita Rebecota (joder, que cerdo me pone la muy guarra), espero que se haga lo mismo con Amanda y compañía... que coño, es América, jamás se enfadarían por una parida como esa xD.

Y mientras todo pasa, el hombre del dolor constante, sigue observando sigilosamente, a ver cual puede ser el objetivo de su siguiente bala de oro.

domingo, 14 de julio de 2013

El vestido rojo

El vestido rojo


Antes de empezar a escribir nada, quiero pedir disculpas por adelantado. Está siendo un verano complicado, lleno de salidas, curros y poco tiempo libre. Justo lo contrario al verano anterior, en el que prácticamente tenia disponibilidad las 24h del día, algo que actualmente, ni podría llegar a oler. Así que os aviso por adelantado: durante las dos siguientes semanas, las entradas que escriba, las publicaré por la noche (a pesar de que mi intención inicial era colgarlas a primera hora de la mañana) puesto que no llego a casa hasta prácticamente las nueve de la noche. Y yo soy el primero al que le jode todo esto, porque me parece tremendamente injusto el poco tiempo que le estoy dedicando a una edición de Big Brother como hace tiempo que no veíamos. Principalmente, porque me da la impresión de que a la que os quiera contar algo, ya me habré perdido los acontecimientos del día, y probablemente todo lo que cuente, sepa a antiguo, rancio y poco interesante. La siguiente semana, volveré a los escritos matinales, para volver a irme durante 10 días a partir de inicios de Agosto (en los que perderé el contacto total con internet, y por defecto, con el concurso). Eso sí, volveré sobre la segunda quincena, y creo que entonces, ya podré dedicarle todo el tiempo necesario hasta que el concurso acabe, allá por mediados de Septiembre. Pero todas esas semanas en las que no puedo estar al 100% con los feeds, espero que me las perdonéis y sepáis entenderme. Por ello, os pido disculpas. Dicho esto, volvamos a meternos en las fauces de esa casa (o plató con un par de pladurs, como decía aquella vasca tremendamente insoportable de GH 12+1) en la que todos están a la espera de saltar sin piedad a la yugular del adversario, para destriparlo sin ningún tipo de remordimiento. 

La semana empezaba con el control del bando minoritario (del cual ya se podría decir que de minoritario no tiene NADA) gracias al HoH conseguido por Helen. Una casa que pasaba de estar en manos del bando de los "malos" (y lo pongo entre comillas porque para mí no lo son más que el resto, pero al ser editados de manera negativa, será más fácil diferenciarlos del otro grupo) a estarlo del de los "buenos". Con una semana absolutamente controlada por ellos (no solo deciden los dos nominados, sino que el MVP, que por tercera semana consecutiva vuelve a ser Elissa, escoge también al tercero), el bando perverso solo debe sentarse a observar como uno de los suyos abandone la casa este jueves, sin poder hacer prácticamente nada para remediarlo. 

Y aquí es donde entra el conflicto del twist del MVP, un twist que hasta la fecha, ha demostrado tirar por suelo el trabajo del HoH (que siempre se caracterizaba por ser la persona con más poder de la casa), y ser el artífice que decide quien es la persona que sale por la puerta. Lo cual da un tremendo poder a la persona que lo consigue, que hasta la fecha no ha sido otra que Elissa, la cual lo ha ganado por ser hermana de Rachel Reilly, para que vamos a engañarnos. No me parece un mal twist, ojo, simplemente creo que no han sabido ejecutarlo de la manera correcta. Y es que, si por ejemplo, hubieran implantado la norma de que la persona que gana el MVP una semana, no puede ganarlo de nuevo durante la siguiente, muchas cosas hubieran cambiado. No me cae mal Elissa, pero darle tanto poder sin ser especialmente buena en el juego o habérselo ganado por méritos propios, es algo que me pone de muy mala hostia. Porque a poco que se lo propongan, ella y su bando ya tienen los números para plantarse en la F9 sin despeinarse, dejando al otro bando con el culo al aire y unas posibilidades de sobrevivir cada vez más estrechas. 

Y es que hace un par de días, Elissa desperdiciaba por completo ese poder que América le acababa de entregar, negándose a nominar a quien su alianza quería, solo por ganas de venganza (y de que Jeremy salga antes que ella por esa puerta). Y por si eso fuera poco, no solo desacata las órdenes de los suyos, sino que pretende mentirles acto seguido diciéndoles que esta semana no ha ganado el MVP, cuando prácticamente lo había insinuado minutos antes. Y es que Elissa no está sabiendo gestionar todo lo que los de fuera le ofrecen, y cree estar en una especie de concurso de popularidad, en el que prima seguir los pasos de la tarada inconsciente de su hermana, para que sigan premiándola semana sí y semana también. Lo curioso es que nadie se haya planteado siquiera quitársela de en medio para saber quien sería la nueva persona en ganar el MVP y poder descifrar por donde se mueven los gustos de los de fuera.

Total, que Helen decidió nominar a Aaryn y Kaitlin (dos de las Mean Girls, obvio) y Elissa subió a Spencer (en vez de hacerlo con Howard, que era el objetivo de su alianza), porque poca gente se fía ya de él. El objetivo de las minorities, es backdoorear a Jeremy. Ayer, Kaitlin ganaba el POV, con el que estoy 200% seguro que se salvara el culo (aún no se ha producido la ceremonia del POV, pero todo apunta a que Kaitlin se salvará, y Elissa subirá a Jeremy). Y es que esa Kaitlin a la que todo el mundo parece menospreciar, ya sea por lo poco que ha aparecido en las galas o por su unión (más por conveniencia que por otra cosa) con Jeremy, sigue siendo para mí, la tipa más astuta y precavida de toda la casa. Una chica que ha empezado a despertar cuando se ha visto en peligro, y la cual está dispuesta a dejar atrás a los suyos para empezar de nuevo en otro grupo al que pueda volver a dejar tirado si se presenta la ocasión. Ayer mismo ya estaba intentando desvincularse de las Mean y Jeremy, creando una alianza con dos de las minorities: Andy y Helen. 


Y es que Kaitlin no piensa titubear a la hora de traicionar a los suyos, y mientras sus dos "amigas" intentaban desprenderse de ella la semana pasada, ahora es esta quien ha movido ficha primero, y de manera más rápida y eficaz. En la entrada anterior dije que Kaitlin será la última en pie de su clan, y sigo pensando de esa manera, incluso ahora, creo que tiene muchas probabilidades de ganar. Justo lo contrario a mi chica de Jersey, la que abre la foto de la entrada: GinaMarie. Y es que por mucho que me joda, GM es cabezota y no piensa antes de actuar, abriendo frentes contra prácticamente todo el mundo. Y lo curioso es que sigue sin ser el target principal del bando contrario, precisamente porque la creen una rival fácil a batir, y una nulidad en las competiciones. Y tienen toda la razón, GM no supone ningún peligro para el juego de nadie, convirtiéndose en el mono de feria de casi todo el mundo, a la cual utilizan para engañar una y otra vez. 

Llamadme nenaza, pero no soporto ver como se trata a GM, que a cada día que pasa, incrementa su locura, hasta el punto de no poder reprimir el llanto (y ser replicada por ello) cuando su chico es eliminado y ella ha sido lanzada a los perros, sin vaselina. No solo eso, sino que se le hace creer que ella ha tenido la culpa de todo, e incluso, se la vacila (Candice, en pleno apogeo, se puso a celebrar en su cara la expulsión de Nick, cuando lo que debería hacer, es guardar silencio, dejarse de chulerías y centrarse en juego que puede ponerse en su contra en cuanto menos lo espere) cuando lo único que ha hecho, errónamente (pero porque ella es así de natural, y no le sale jugar a esto), es dejar que todo cristo vea como es, con el corazón a pecho descubierto y los sentimientos a flor de piel. El problema es que en esa casa, todos se creen Will Kirby, y de vez en cuando, encontrarte con alguien que sabe a realidad, sin intentos de parecerse a nadie, es algo complicado. Así que, a riesgo de que mi GM se convierta en una Ellen Burstyn, que intenta encajar en su vestido rojo a pesar de que ello la lleve a la locura, me dejaré el corazón con ella en el campo, aunque quizás pierda la batalla mucho antes de lo que espero. 

Y es que, mientras el bando minoritario (¿o debería empezar a llamarlo mayoritario a estas alturas?) se cree con el poder, la chica de Jersey seguirá empeñada en encajar el puto vestido rojo. Y en el momento en que consiga ponérselo, quizás sea para sentarse frente a un televisor para contestar a las preguntas que sus compañeros le realicen desde una casa a las afueras, mientras que veinte minutos más tarde, cruza la puerta llena de conffeti, coronándose como la ganadora más impredecible de la historia. Si, vale, soñar es gratis, pero con lo frenética que está la casa en estos momentos, ¿quien puede descartar un escenario como ese?

"Ahora vuelvo a ser alguien, Harry. Todo el mundo me quiere, y pronto, un millón de personas me verán y también me querrán. Les hablare de ti y de tu padre, de lo bueno que era con nosotros. ¿Recuerdas? Es un motivo para levantarme por la mañana, para perder peso, para ponerme el vestido rojo y es un motivo para sonreír. Convierte el mañana en algo positivo."