domingo, 23 de junio de 2013

Las cinco balas más preciadas

Las cinco balas más preciadas


Aún con la reciente muerte de Gandolfini rondando por mi cabeza, estos últimos días han hecho que entre en una especie de espiral de añoranza hacia la serie que cambió mi vida por completo (y por extensión, la de James también) e hizo que todas aquellas series que viera después, me parecieran una reveranda mierda a su lado. Sí, evidentemente no puedo estar hablando de otra serie que no sea "Los Soprano". Y es que entrar en el mundo de esta peculiar familia, es un viaje sin retorno. Una vez enchufas el primer episodio, en el que Tony observa un cuadro en la sala de espera de una psiquiatra, estás perdido. Ya eres uno de los nuestros (o de los suyos, que cojones).

La premisa con la que parte la serie (hombre de familia y consiglieri de la mafia de New Jersey empieza a visitar a una psiquiatra a causa de los ataques de pánico que sufre recientemente) no hacia augurar que esta serie pudiera llegar a la friolera de seis temporadas, y mucho menos a la de 86 episodios, emitiéndose en una cadena de cable como HBO. Pero lo cierto es que lo hizo, y a pesar de perder un poco el alma al principio de esa tediosa temporada 6A, es una serie que jamás perdió la frescura, y mucho menos la calidad. Y entre tanto episodio, de vez en cuando, encuentras pequeñas joyitas que bien podrían proyectarse en un cine, y recibirían mejores críticas que ciertos largometrajes. 

Diseccionar cuales son los cinco mejores episodios de la serie entre tanta qualité, es tarea complicada, pero no imposible. Y eso mismo es lo que pretendo hacer en esta entrada, a pesar de que la gran mayoría quizás este en desacuerdo con mis cinco elecciones (no se porque hablo como si tuviera un masa de lectores asiduos, cuando aquí no me lee ni Cristo, pero yo a la mía). Sin más dilación, he aquí las que, para mí, son las mejores cinco balas (en forma de episodios) que ha disparado David Chase hacia nuestros televisores:



El primer episodio que he escogido, es uno que, probablemente, la gran mayoría de gente ya tiene olvidado, ya sea por su tempranía o porque realmente solo se centra en la familia Soprano. Y cuando hablo de familia, lo hago refiriéndome a la de sangre, no a la otra. En este episodio, no hay rastro de Silvio, Paulie, Big Pussy, Junior y toda la troupe que se codea con Tony en su día a día. Es un episodio familiar, que únicamente sigue los pasos de Tony y Carmela con sus respectivos hijos (el primero con Meadow, a la cual está llevando de tour por distintas universidades de la zona para que esta escoja hacia donde quiere encaminar su futuro, y la segunda con Anthony Jr, el cual debe cuidarla mientras esta está enferma en cama). ¿Porque es un gran episodio? Por muchísimas razones. La primera de ellas es que, por primera vez, vemos sangre en las manos de Tony. Hasta ahora, sabíamos que él era quien cortaba el "bacalao" y mandaba a aquel o al otro a finiquitar un trabajo, pero en esta ocasión es todo lo contrario, asistimos al primer asesinato de Tony en pantalla. Y entonces es cuando más humano nos resulta, y más nos enamora. Es imperfecto, torpe (en este mismo episodio, Meadow le planta por primera vez la tan temida pregunta: Papá, ¿trabajas para la mafia?) y a veces, patoso, pero se deja la piel por los suyos (y en lo suyo), y no para hasta asesinar a la rata (a la cual persigue durante todo el episodio) que les vendió hace unos años. 

Al mismo tiempo, aprendemos que Tony tiene algún tipo de bendición siempre que está al lado de su hija, ya que la rata está a punto de matarle a él antes, pero en el último momento (debido a una pareja de ancianos que llega al motel) decide no hacerlo (craso error, ya que luego sería él mismo quien moriría a manos de aquel a quien intentó matar la noche anterior). ¿Y con quien estaba en ese instante? Con su hija Meadow, a la que llevaba a rastras hacia la habitación, debido a la borrachera que acababa de pillar. En la sexta temporada (cuando Tony entra en coma), vuelve a hacerse referencia al ángel de la guarda que habita en Meadow, ya que Tony despierta cuando esta le agarra la mano.

Por último, este episodio marca un antes y un después en la relación de Carmela y Tony. Esta primera se plantea enrollarse con el cura la noche en que su marido y sus hijos están fuera, pero acaba negándose, a pesar de ser completamente consciente de que su marido se lleva a una prostituta rusa cada fin de semana al barco que compraron juntos.


Este episodio se encuentra prácticamente en el 90% de las quinielas de críticos televisivos o fans mismamente, con lo cual, no me he roto demasiado la cabeza en esta ocasión. Pero es un episodio tan brillantemente interpretado y escrito, que todo aquel que tuviera dos neuronas mínimo, jamás pasaría por alto. Probablemente sea la season finale más consistente de las seis temporadas, y a la vez, la más impactante. Perdemos a uno de los grandes personajes de la serie y asistimos al primer episodio "dreamer" de Tony (ese término se refiere a todos aquellos episodios en los que a Tony, debido a alucinaciones o sueños, se le es revelado algo muy importante para el devenir de su futuro). 

En este caso, una hilera de pescados en el mercado de sus sueños, le avisa de que Pussy les está vendiendo al FBI desde hace dos años, y que por tanto, en un ejercicio de simbolismo, debe enviarle a dormir con los peces cuanto antes. Es un episodio en el que Tony se pasa la mayor parte de él enfermo, y aún así, nos proporciona algunas de las mejores escenas que recuerda la serie. Como la que acompaña la fotografía que se encuentra dos párrafos más arriba de lo que estoy redactando ahora mismo.

Poderío, tensión y dramatismo son las tres palabras que definirían a la perefección este capítulo. Es imposible quedarte tal y como estabas antes de empezarlo.


La gente suele escoger, como episodio representante de la tercera temporada, "Pine Barrens" (Chrissy y Paulie persiguiendo al ruso por los bosques nevados) o "The employee of the month" (Melfi es violada en un párking, y decide no vengarse contándole a Tony quien se lo hizo, a pesar de ser consciente de que este podría acabar con él en un periquete), pero yo, particularmente, me quedo con este tan divertido y a la vez tan triste. Es un episodio que reúne la parte más cómica de la serie y a la vez, la más tradicional. 

La sinopsis es sencilla: Livia Soprano ha fallecido, y todos deben reunirse para despedirla en casa de Tony (le montan una especie de tanatorio casero). El problema es que se aparecen fantasmas en los espejos, Christopher empieza a divagar (hasta el culo de coca, por supuesto) sobre los clones del mundo y Tony se da cuenta de que puede haber perdido a una madre a la que ya no hablaba (y que previamente intento acabar con él), pero sigue rodeado de problemas. Ni las referencias constantes al Padrino durante el episodio, le salvan del calvario al que se enfrenta.


Si alguna vez alguien se ha preguntado porque tanto James Gandolfini como Eddie Falco poseen dos Emmy's cada uno, este episodio es la respuesta. El episodio más largo de toda la serie (1 hora y 8 minutos, creo recordar) contiene la pelea más desgarradora y real entre Tony y Carmela, cuando esta descubre que su marido se ha estado acostando con varias mujeres (una de las prostitutas con las que se mete en la cama es quien vende el pastel llamando a la propia Carmela), algo que ya llevaba sospechando desde hacía mucho tiempo. La cosa se agrava cuando, previamente a este suceso, la pareja había decidido comprar una casa al lado de la playa, para poder ir a veranear cuando quisieran. 

Es un episodio intenso, duro y penetrante, desde el primer hasta el último minuto. La interpretación de James y Eddie es, sin lugar a dudas, lo mejor que se ha visto en televisión jamás. Una química que la mayoría de actores y actrices no tendrían ni en sueños. Una pareja que sufre, que se ama, pero que no puede estar junta. Y todo ello en tan solo 68 minutos. Parece imposible, pues bien, no lo es. 


Cierro este top, con uno de los episodios televisivos (de cualquier serie de televisión) que más jodido me han dejado una vez terminado. El 2004 fue el año de los Soprano en los Emmy. Ganaron cuatro: mejor drama, mejor guión (por este mismo episodio), mejor actor secundario (Michael Imperiolo - Christopher) y mejor actriz secundaria (Drea de Matteo - Adriana). Creo que no hace falta explicar porque este capítulo se encuentra entre mis cinco favoritos.

Antes hablaba de una pareja que se amaba pero que no se entendía. Este episodio habla de otra que se ama por igual, pero que se autodestruye con el paso del tiempo. Es un episodio que habla de elecciones, del que hacer con tu vida. ¿Guiarte por el corazón? ¿Guiarte por la cabeza? Es un dilema complicado por el que la pareja central de este episodio debe pasar. ¿Como se resuelve? Ved el episodio, perras. 

Me dejo muchos otros capítulos memorables, pero es imposible meterlos todos en un top 5. Quizás debería haberlo alargado a un top 10... nah, ya estoy hasta los cojones de escribir, me voy a echar una siesta.

jueves, 20 de junio de 2013

El hombre del puro

El hombre del puro


Desde que tengo uso de razón, recuerdo que siempre fuiste el favorito de todo el mundo. Tu padre era un hombre respetado, y ahora, tú habías llegado a su mismo lugar a base de esfuerzo, confianza y mano dura. Tu mujer te adoraba, y siempre que llegabas a casa, tenía preparado para ti su mejor plato de "cannolis", los cuales devorabas como si no hubiera un mañana. Para tus hijos siempre fuiste ese ídolo al que algún día esperaban poder llegar a igualar, a pesar de que muchas veces lo pasaste mal por creer que no los educabas como debías. Tu mano derecha, ese hombre del tupé interminable, y que en otra vida se subió a los escenarios con el Boss, te lo consultaba absolutamente todo antes de atreverse a "despachar" a alguien o a cerrar un contrato. No puedo decir lo mismo del hombre canoso, al que le hervía la sangre cada dos por tres, y que, si me lo permites, pensó en dejarte tirado en más de una ocasión pese a que siempre volvía al redil, convencido de que si te dejaba atrás, jamás volvería a ser el mismo. O aquel otro hombre más gordo aún si cabe que tú, que nos estuvo vendiendo al FBI como una puta rata callejera, y al que ya hace años, dejaste descansar en alta mar. 

Todos ellos te adoraban, pero si hay alguien en este mundo que te quería aún más (si es que eso es posible) que todos ellos juntos, ese soy yo. Tu sobrino. Yo, ese idiota cabezón que te metió en problemas constantemente o hizo que tuvieras más de un quebradero de cabeza. Ese al que quisiste arrancar la cabeza de cuajo en más de una ocasión. Ese que tuvo una chica que casi nos envía al trullo. Pero yo se que me querías y respetabas por igual, y lo notaba. Era tu ojito derecho, tu compañero de marras, tu Sancho Panza. Sin mí, probablemente ya hubieras abandonado este mundo mucho antes. Y fíjate las vueltas que da la vida, al final lo acabé abandonando yo antes que tú. Y como no podía ser de otra manera, fuiste tu mismo quien decidió darme el pasaporte hacia el otro lado. 

¿Quien cojones te crees que eres? Tardas cinco putos años (largos como días sin pan) en meterme de lleno en la familia. Hasta entonces siempre me tuviste haciendo trabajos de mierda, y sabías de sobra que yo estaba capacitado para ser uno de los vuestros. No era mi problema que siempre me juntaras con patanes que no sabían hacer la "o" con un canuto. No solo eso, sino que por tu puta culpa, tuve que agarrar mis cojones por bandera, y vender a la chica de la que había estado enamorado todo este tiempo y por la que, en otras circunstancias, hubiera dado la vida. Y lo hice por ti, por la familia, por los nuestros. ¿Y encima tienes los cojones de mandarme al otro lado? Tú, que eras como mi padre, mi inspiración. Eres un hijo de puta. ¿Pero sabes qué?

Que te perdono, y lo entiendo. Porque ahora eres tú quien se reúne conmigo, y una vez lo hagas, nos iremos de bar en bar, poniéndonos hasta el culo de heroína y alcohol. Y si nos apetece, también nos iremos de putas, que aquí arriba no hace falta gastarse un puto duro. Y viviremos la "mob life" como decían aquellos sicilianos. Y desde aquí, disfrutaremos por todos aquellos que aún siguen abajo, y que se resisten a venir con nosotros a este puto paraíso. 

Y al resto del mundo, ya les pueden ir dando por el culo.