jueves, 20 de junio de 2013

El hombre del puro

El hombre del puro


Desde que tengo uso de razón, recuerdo que siempre fuiste el favorito de todo el mundo. Tu padre era un hombre respetado, y ahora, tú habías llegado a su mismo lugar a base de esfuerzo, confianza y mano dura. Tu mujer te adoraba, y siempre que llegabas a casa, tenía preparado para ti su mejor plato de "cannolis", los cuales devorabas como si no hubiera un mañana. Para tus hijos siempre fuiste ese ídolo al que algún día esperaban poder llegar a igualar, a pesar de que muchas veces lo pasaste mal por creer que no los educabas como debías. Tu mano derecha, ese hombre del tupé interminable, y que en otra vida se subió a los escenarios con el Boss, te lo consultaba absolutamente todo antes de atreverse a "despachar" a alguien o a cerrar un contrato. No puedo decir lo mismo del hombre canoso, al que le hervía la sangre cada dos por tres, y que, si me lo permites, pensó en dejarte tirado en más de una ocasión pese a que siempre volvía al redil, convencido de que si te dejaba atrás, jamás volvería a ser el mismo. O aquel otro hombre más gordo aún si cabe que tú, que nos estuvo vendiendo al FBI como una puta rata callejera, y al que ya hace años, dejaste descansar en alta mar. 

Todos ellos te adoraban, pero si hay alguien en este mundo que te quería aún más (si es que eso es posible) que todos ellos juntos, ese soy yo. Tu sobrino. Yo, ese idiota cabezón que te metió en problemas constantemente o hizo que tuvieras más de un quebradero de cabeza. Ese al que quisiste arrancar la cabeza de cuajo en más de una ocasión. Ese que tuvo una chica que casi nos envía al trullo. Pero yo se que me querías y respetabas por igual, y lo notaba. Era tu ojito derecho, tu compañero de marras, tu Sancho Panza. Sin mí, probablemente ya hubieras abandonado este mundo mucho antes. Y fíjate las vueltas que da la vida, al final lo acabé abandonando yo antes que tú. Y como no podía ser de otra manera, fuiste tu mismo quien decidió darme el pasaporte hacia el otro lado. 

¿Quien cojones te crees que eres? Tardas cinco putos años (largos como días sin pan) en meterme de lleno en la familia. Hasta entonces siempre me tuviste haciendo trabajos de mierda, y sabías de sobra que yo estaba capacitado para ser uno de los vuestros. No era mi problema que siempre me juntaras con patanes que no sabían hacer la "o" con un canuto. No solo eso, sino que por tu puta culpa, tuve que agarrar mis cojones por bandera, y vender a la chica de la que había estado enamorado todo este tiempo y por la que, en otras circunstancias, hubiera dado la vida. Y lo hice por ti, por la familia, por los nuestros. ¿Y encima tienes los cojones de mandarme al otro lado? Tú, que eras como mi padre, mi inspiración. Eres un hijo de puta. ¿Pero sabes qué?

Que te perdono, y lo entiendo. Porque ahora eres tú quien se reúne conmigo, y una vez lo hagas, nos iremos de bar en bar, poniéndonos hasta el culo de heroína y alcohol. Y si nos apetece, también nos iremos de putas, que aquí arriba no hace falta gastarse un puto duro. Y viviremos la "mob life" como decían aquellos sicilianos. Y desde aquí, disfrutaremos por todos aquellos que aún siguen abajo, y que se resisten a venir con nosotros a este puto paraíso. 

Y al resto del mundo, ya les pueden ir dando por el culo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario